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Familiares de tres desaparecidos en el hundimiento de una grúa reclaman una nueva investigación

14ymedio

30 de junio 2017 - 14:59

La Habana/Un presentimiento la llevó a hacer aquella llamada. "¿Cómo está mi esposo?", preguntó Mavel Jardines Castro a la Empresa Constructora de Obras Marítimas. La respuesta llegó como un mazazo: "Ha fallecido". Meses después del hundimiento de una grúa flotante el pasado 14 de abril, frente a las costas de Varadero, aún no se han recuperado los cuerpos de tres de sus tripulantes, Raúl Ferrer Vallejo, Roberto Frómeta Flaubert y Fermín Daniel Vasallo Lara. Los familiares exigen una investigación más profunda sobre lo ocurrido a la vista de las lagunas de la actual.

El siniestro ocurrió entre las 3:45 y las 4:00 de la madrugada a unas seis millas del más importante balneario cubano, según detalla un reporte al que 14ymedio tuvo acceso. La investigación sobre lo sucedido ha corrido a cargo del instructor penal de la Unidad de los Delitos Contra la Seguridad del Estado de Matanzas, el subteniente Voriel Rodríguez Gil.

Los medios locales y nacionales no han hecho mención del hundimiento de la grúa, a pesar de su trágico desenlace y del elevado valor del equipo perdido

La inmensa mole de la grúa F-13 comenzó a sumergirse con siete trabajadores de la empresa en su interior, pero cuatro de ellos –entre los que se encontraba el capitán– lograron sobrevivir al salir del lugar en un bote salvavidas. La búsqueda de los cuerpos ha involucrado también a las Tropas Guarda Fronteras de la zona, pero en todo este tiempo no se han obtenido resultados.

En el momento del accidente la maquinaria era trasladada desde la provincia Cienfuegos hasta Cayo Guillermo por el Remolcador 5 de septiembre y llevaba anexa una patana cargada de tubos. La grúa se hundió rápidamente pero las otras dos embarcaciones no sufrieron daño alguno al ser desenganchadas, precisan varios testigos.

Algunos familiares de los desaparecidos se quejan de malos manejos en la información por parte de la empresa y sospechan que se violó en el protocolo de evacuación. El capitán de la grúa, Orlando Stable, que sufrió una herida en la cabeza durante el siniestro pero logró sobrevivir abandonó antes que su tripulación la nave. La viuda de Raúl Ferrer teme que esa actitud se debiera a que su esposo había denunciado al capitán por malos manejos con los recursos de la embarcación.

"En esta historia hay muchos puntos oscuros que nadie me sabe explicar", lamenta Mavel Jardines Castro. "Si no llamo a la empresa ellos no llaman a mi casa para informarme", protesta, antes de asegurar que la primera información que le dieron era que su esposo había muerto, pero después la entidad estatal cambió la versión por la de la desaparición.

Los medios locales y nacionales no han hecho mención del hundimiento de la grúa, a pesar de su trágico desenlace y del elevado valor del equipo perdido.

El pasado año los accidentes mortales en el trabajo aumentaron en Cuba, causando 67 personas fallecidas en 89 incidentes reportados de un total de 3.576 siniestros, según datos oficiales.

Alberto Martínez, director de la Empresa Constructora de Obras Marítimas, aseguró a este diario que "desde el primer momento" mantuvieron "una comunicación con todos los familiares". Varias fuerzas de conjunto buscaron los cuerpos durante cinco o seis días y pidieron "a todos los barcos que pasaban por ese corredor marítimo que estuvieran atentos a cualquier cosa que vieran".

"Me dijeron que en la búsqueda de mi esposo estaba metido hasta la Seguridad del Estado, pero que el barco está hundido a 800 metros y no hay buzos en Cuba que puedan bajar tanto", protesta Jardines que denuncia que al principio la engañaron diciéndole que un submarino los estaba buscando, algo que fue desmentido por los datos de la investigación que recibió.

"En cuanto a la indemnización por parte de la empresa no tengo garantía. Tenemos derecho a que nos paguen los seis meses de salario y después nos toca la chequera, que es la pensión que uno recibe por asistencia social, pero hasta la fecha no me han pagado un centavo", puntualiza Jardines.

"Me dijeron que en la búsqueda de mi esposo estaba metido hasta la Seguridad del Estado, pero que el barco está hundido a 800 metros y no hay buzos en Cuba que puedan bajar tanto"

La familia de Ferrer vive en un antiguo almacén que la empresa le entregó como vivienda bajo la categoría de "medio básico" y que según las esposa "no tiene condiciones". Tras el accidente, la mujer espera que la empresa no olvide el compromiso que hizo con su marido de mudarlos hacia un apartamento, también propiedad de la entidad estatal.

La desaparición del cuerpo de su esposo no ha permitido certificar la muerte y sin un documento de ese tipo ni siquiera puede comenzar a tramitar la pensión.

"No voy a parar hasta que se haga justicia, aunque sé que eso no me puede devolver a mi esposo", aclara Jardines. "Mi nieto llega todos los días en la tarde y pregunta cuándo va a llegar su abuelo, ya no sé qué voy a decirle".

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