La muerte en la maternidad de Mariúpol gana el World Press Photo

"Es duro recibir un premio por foto de muertos", dice su autor, el fotoperiodista Evgeniy Maloletka

Imagen ganadora del WPP 2023, con la evacuación de una maternidad de Mariupol tras jun bombardeo. (Evgeniy Maloletka/World Press Photo Foundation)
Imagen ganadora del WPP 2023, con la evacuación de una maternidad de Mariupol tras jun bombardeo. (Evgeniy Maloletka/World Press Photo Foundation)
Imane Rachidi

20 de abril 2023 - 14:05

Amsterdam/(EFE).- El fotoperiodista de guerra ucraniano Evgeniy Maloletka ha sido galardonado este jueves por la fundación del World Press Photo por haber capturado la foto del año: la escena en la que los servicios de emergencia tratan de salvar la vida de una madre que acababa de perder a su bebé en el bombardeo del hospital de maternidad en Mariúpol.

"¡Matadme ahora!", suplicaba Iryna Kalinina, una mujer de 32 años. En la foto, el personal de emergencia ucraniano la transporta en una camilla desde el hospital de maternidad de Mariúpol, dañado por un ataque aéreo de las fuerzas rusas. De fondo, árboles y ramas destrozadas, una columna de humo y el esqueleto de dos edificios que han perdido sus ventanas por el impacto de las bombas que habían caído momentos antes.

El rostro de Iryna Kalinina describe el cansancio, pero sobre todo el dolor del horror al que acababa de sobrevivir esta madre. Aún muestra barriga de una embazada, sus pantalones negros están manchados de sangre, y aparece tumbada en una camilla que aguantan cinco hombres que corren hacia otro hospital, aún más cercano a la línea del frente, para tratar de salvarle la vida. Su bebé nació muerto y media hora después, Kalinina también falleció.

Aún muestra barriga de una embazada, sus pantalones negros están manchados de sangre, y aparece tumbada en una camilla que aguantan cinco hombres que corren hacia otro hospital

Evgeniy Maloletka, fotógrafo de guerra, periodista y cineasta de la ciudad ucraniana de Berdiansk (Zaporiyia), capturó esta trágica escena el 9 de marzo del 2022 en Mariúpol, que cayó bajo control ruso en mayo pasado tras meses de asedio.

Cubre la guerra en Ucrania desde 2014, tras la anexión de Crimea, y también realizó trabajos sobre las protestas del movimiento Euromaidán, las protestas en Bielorrusia, la guerra de Nagorno-Karabaj y la evolución de la pandemia de covid-19 en Ucrania, colaborando con medios de prestigio como Associated Press, Al Jazeera, Der Spiegel y otros.

"Es complicado para mí. Es duro recibir un premio por fotos de gente que ha muerto. Es muy doloroso de entender. Son fotos del horror. No es por lo que hubiera querido recibir un premio. Pero bueno, ya está, esto me acompañará toda la vida. Al mismo tiempo, es importante mostrar al mundo lo que pasa en Ucrania", explica Maloletka, con voz quebrada.

"Hemos visto muchísima gente siendo asesinada, gente normal, muchos niños, y hemos visto que el lado ruso no se preocupa por la gente y los atacan de forma aleatoria. Como aquí (en esta foto), el piloto ruso lanzó una bomba contra un hospital de maternidad", añade.

Este fotoperiodista y sus compañeros estaban a 500 metros del hospital cuando escucharon el sonido de los aviones en el cielo y después numerosas explosiones, una de ellas en el patio del hospital. Unos 25 minutos después, llegaron al lugar y vieron que "todos los edificios estaban dañados, no destrozados porque la bomba cayó fuera, pero las ventanas habían desaparecido".

"Cuando entramos, las paredes internas y los techos estaban rotos, y los equipos médicos destrozados. La Policía y el personal de rescate ayudaba a evacuar a las mujeres embarazadas y la gente que estaba escondida en el sótano"

"Cuando entramos, las paredes internas y los techos estaban rotos, y los equipos médicos destrozados. La Policía y el personal de rescate ayudaba a evacuar a las mujeres embarazadas y la gente que estaba escondida en el sótano. Las embarazadas y los niños llorando, algunos soldados venían a buscar a sus seres queridos. Ahí no había ninguna posición militar, ni equipos militares, solo gente normal en un hospital", explica.

Maloletka y sus compañeros se "dieron cuenta de que este era un momento que había que mostrar al mundo", pero era muy difícil encontrar electricidad para cargar el ordenador y mandar las imágenes, y no fue hasta la noche, con ayuda de los vecinos, sentados en una escalera y con el móvil en alto buscando cobertura, que pudieron mandar el material y escribir a los suyos para decirles que están sanos y salvos.

Maloletka lamenta que ya no puede volver a la zona hasta que "no sea liberada de los rusos", y que estas imágenes le pusieron "en las listas negras de Rusia", pero también presionaron lo suficiente para abrir corredores humanitarios en Mariúpol.

"Yo crecí en la guerra como fotógrafo, y sigo aprendiendo muchas cosas cada día sobre cómo debo hacer mi trabajo", subraya.

Maloletka celebra el premio en lo profesional porque admite que es "difícil conseguir este premio, es un trabajo muy competitivo" y hay fotoperiodistas "brillantes" ejerciendo en Ucrania en estos momentos.

"Después de un año de guerra, todos los periodistas y fotógrafos ucranianos que trabajamos en el frente estamos traumatizados, igual que los soldados, lo ves en sus ojos. Es gente que no ha parado ni un día todo este año, han perdido a alguno de sus amigos y familiares en bombardeos. Es difícil", resume.

"Después de un año de guerra, todos los periodistas y fotógrafos ucranianos que trabajamos en el frente estamos traumatizados, igual que los soldados, lo ves en sus ojos"

Este prestigioso concurso de fotoperiodismo tiene otras tres categorías globales. Además de la Foto del Año, que ganó Maloletka, también está la Historia del Año, que en esta edición premia al fotoperiodista danés Mads Nissen (Politiken/Panos) por su trabajo El precio de la paz en Afganistán, donde denuncia las dificultades diarias a las que se enfrentan los civiles en el Afganistán talibán, tras la retirada de las fuerzas estadounidenses y aliadas.

En Proyecto a largo plazo, el World Press Photo ha sido para la fotógrafa armenia Anush Babajanyan por Aguas rebozadas, un trabajo con el que ha reflejado cómo cuatro países de Asia Central sin salida al mar luchan contra la crisis climática y la falta de coordinación sobre los suministros de agua que comparten: Tayikistán y Kirguistán, aguas arriba en los ríos Syr Darya y Amu Darya, y Uzbekistán y Kazajstán aguas abajo.

La cuarta categoría es Formato Abierto, que premia un proyecto del fotoperiodista egipcio Mohamed Mahdy titulado Aquí las puertas no me conocen, sobre una forma de vida comunitaria a punto de desaparecer por los planes de demolición para dar paso a desarrollos portuarios en Alejandría.

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