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Viaje al interior del poeta Carlos Naranjo con 'Copos en la piel'

El poeta Carlos I. Naranjo-Pacheco acaba de publicar 'Copos en la piel'. (Ed. Betania)
14ymedio

09 de marzo 2017 - 13:59

La editorial Betania, centrada en la difusión de la cultura hispanoamericana y la poesía, ha publicado recientemente el poemario Copos en la piel, del poeta cubano Carlos I. Naranjo-Pacheco (Santiago de Cuba, 1975), con ilustraciones del pintor y dibujante Yuniel Delgado (La Habana, 1984).

Residente en Miami, el poeta es licenciado en Lengua Inglesa por la Universidad de Oriente (Cuba) y el Instituto a Distancia Enrique Pérez Serantes de la Universidad de Comillas (España), con estudios de posgrado por la Universidad Internacional de Florida (FIU). En 2013 dio a conocer su publicación poética Irónicamente positivo. Algunas de sus creaciones también aparecen en Balseros (2015), Segunda antología poética Eliluc (2015), Versos Paralelos (2015) y No resignación (2016), en el fanzine Liberpopulum y en las revistas Signus-Nous, Baquiana y Conexos de Miami. En 2014, 2015 y 2016, obtuvo el premio a mejor poeta del año en los premios del jurado de Miami NPE Awards.

En palabras de la poeta Lilliam Moro, con esta nueva publicación Carlos I. Naranjo ha conseguido "la cuidadosa expresión de su mundo interior".

Desde la redacción de 14ymedio ofrecemos una selección de poemas de su última obra para disfrute de nuestros lectores.

Ángel

A un niño sirio refugiado

El ángel observa el cadáver en la orilla

cata a un mundo que no comprende

el cuerpo es pequeño

cabe en los brazos de una madre

se quiebra en el batir de las olas

y se resiste a volver a un mar

que le ha arrancado el último grito.

El uniforme sin rostro ha olido la muerte

baja a la playa y el tiempo se detiene

desgaja las manos de la arena

y la imagen queda a la posteridad

el mundo se retuerce de dolor.

El ángel apenas se inmuta

durante siglos ha visto cadáveres diminutos

llegar en silencio a las orillas.

***

Entendimiento sin reservas

No se vence la melancolía con canciones redundantes,

no se opaca el dolor del que todo lo pierde,

el pesar de extraviar cada día los sueños en el metro,

solo si somos una voz única frente a la brisa,

si somos de la misma naturaleza que la luna atrapada en

/las aguas,

si nos han arrugado el corazón con manos de niño travieso.

***

Farewell

En las llanuras del silencio habito,

el mundo nunca duele en la distancia

solo cuando las palabras

caen redondas en la mente,

lejos del olor a mango del pecho materno

y de las cenizas fragmentadas del padre,

tan lejos la risa de mi infancia,

las manos que parten panes y alegría

y el eco de la voz que tira dulcemente,

el cuerpo resucitado

al día tercero de nuestro sexo.

Yo sé bien que mi tumba vacía

regurgitará un nombre impronunciable

en un césped lejos de las palmas,

pero el mar honrará mis últimos versos

en la hora terrible,

porque he de marchar de noche,

como mis ancestros,

a las llanuras del silencio.

***

XXIII

Me envenenan las palabras que no digiero

los discursos vacíos y las manos demasiado blandas

tus besos con depósitos e intereses altos

el arte que se duerme en buhardillas sin luz

y mis pasos en retorno involuntario

a tu cama tan premeditada.

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