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Con tecnología china y muchos recursos, el Gobierno cubano intensifica la censura en internet

Dos años después de la llegada de la conexión a los móviles, el contenido sigue sufriendo continuos bloqueos

Los propios medios oficiales no han ocultado que el Gobierno bloquea información a los usuarios de Internet por motivos políticos. (14ymedio)
Claudia Padrón Cueto/14ymedio

07 de diciembre 2020 - 16:36

La Habana/Hace dos años los cubanos estrenaban por fin un servicio largamente demandado y deseado que el Gobierno les había negado durante años, la conexión a internet a través de sus celulares. Esa nueva conectividad, que ha contribuido a cambiar la forma de comunicarse entre los ciudadanos y a ampliar sus canales de visibilidad y protesta, ha mejorado muy poco, muy lentamente y a precios que no dejan de ser prohibitivos. Pero más allá de la herramienta empleada, las peores deficiencias continúan en el fondo: el contenido sigue estando fiscalizado por el Gobierno y la censura se aplica como se ha hecho los últimos sesenta años, pero ahora con la última tecnología china.

La semana pasada, la censura impidió que los cubanos accedieran a diarios digitales o redes sociales que contuvieran información relacionada con las protestas del Movimento San Isidro, incluida la huelga de hambre de varios activistas por la condena a ocho meses de prisión del rapero Denis Solís.

Los datos del Observatorio de Internet NetBlocks muestran que redes sociales como Twitter y YouTube y plataformas de mensajería como WhatsApp así como servidores de Google y Facebook no estuvieron disponibles de manera permanente durante el fin de semana de las protestas, desde el viernes en la tarde hasta el lunes por la mañana, en las redes operadas por Etecsa. El reporte también muestra un alto impacto en Cubacel, la red celular operada por el monopolio estatal. El Gobierno también bloqueó a nuevos medios como de The Miami Herald, El Nuevo Herald, Proyecto Inventario y la revista cultural Rialta, entre otras.

El Gobierno también bloqueó a nuevos medios como de The Miami Herald, El Nuevo Herald, Proyecto Inventario y la revista cultural Rialta, entre otras

Ese es el más reciente ejemplo de una larga lista de bloqueos de los que da cuenta el Observatorio Abierto de Interferencias en la Red (OONI), una entidad que supervisa la censura en diferentes países. La organización midió en 2017 casi 1.500 sitios web desde ocho ubicaciones en distintos puntos de Cuba y determinó que el Gobierno mantenía bloqueados al menos 41, según detalló en un informe que, de hecho, subestimaba la cifra, que al menos hay constancia de la presencia de dos medios, CubaNet y Diario de Cuba que estaban censurados en esa fecha y no aparecían en la lista.

En los últimos meses, las autoridades también han bloqueado el acceso a plataformas que sirven como canal para crear peticiones, ejercer presión e involucrar a la ciudadanía en demandas cívicas.

Change.org, que había sido empleada para reivindicar legislaciones de protección a los animales o pedir el cese de la discriminación ideológica en las universidades, fue censurada en 2019. También, desde mayo de 2020, lo está Avaaz.org, donde en ese momento se recogían firmas contra el Decreto-Ley 370.

Internet nunca se concibió como un espacio libre en Cuba. Desde que se reguló por primera vez en 1996 a través del Decreto-Ley 209, se estableció que el acceso a las redes de información tendría un "carácter selectivo" y que la información que circulara por ella tendría que ser "fidedigna", "en correspondencia con nuestros principios éticos" y que esta no podía "afectar a los intereses ni la seguridad del país".

Desde entonces los informes que constatan la falta de libertad en internet llueven desde todo tipo de organizaciones, desde las más técnicas, anteriormente citadas, hasta las internacionales defensoras de derechos, como Amnistía Internacional o Reporteros Sin Fronteras. Medios de comunicación como Cuba Encuentro o 14ymedio, y plataformas de activistas de derechos humanos, llevan años censuradas en Cuba, donde también se ha fiscalizado la tecnología (venta de módems y computadoras o limitación de la conexión a determinados trabajadores del Estado) con el objetivo de poner trabas a la transmisión de información. Aplicaciones como Telegram también presentan recientemente signos de posible bloqueo.

Un análisis de Amnistía Internacional sobre la censura en la web que toma como base el reporte de OONI sostiene que en Cuba "el bloqueo de sitios de internet con el exclusivo fin de limitar las críticas políticas y restringir el acceso a la información es —naturalmente— contrario al derecho internacional de los derechos humanos y una violación del derecho a la libertad de expresión".

"El bloqueo de sitios de internet con el exclusivo fin de limitar las críticas políticas y restringir el acceso a la información es —naturalmente— contrario al derecho internacional de los derechos humanos y una violación del derecho a la libertad de expresión"

Las autoridades han negado sistemáticamente querer influir en los contenidos de internet y atribuyen las dificultades a las limitaciones técnicas y económicas, derivadas esencialmente del embargo. La más reciente de estas declaraciones la realizó el 1 de septiembre el ministro de Comunicaciones de Cuba, Jorge Luis Perdomo, ofreció una entrevista a la cadena internacional de televisión Russia Today.

Según su discurso, si los habitantes del país no pudieron comenzar a conectarse a internet en parques públicos hasta 2015 y no dispusieron de datos en sus celulares hasta 2018, no fue por un afán de protección del sistema de partido único o para controlar la libertad de expresión de los ciudadanos, sino únicamente porque el Estado no pudo proveer ese servicio antes.

Pero lo cierto es que los propios medios oficiales no han ocultado que el Gobierno bloquea información a los usuarios de Internet por motivos políticos. En febrero Cubadebate y Razones de Cubareprodujeron un texto del periodista estadounidense Reese Erlich sobre los avances en cuanto a conexión "y la doble moral del Gobierno de Estados Unidos, que acusa a la Isla de restringir el acceso a internet" cuando es Washington quien bloquea más páginas y servicios a los cubanos, como Amazon y otras webs comerciales.

El texto también señala, a modo de justificación, que las páginas censuradas son creadas por "disidentes apoyados por Estados Unidos" y acaba alegando que, si se quiere acceder a estas webs se puede hacer a través de una "VPN (Red Privada Virtual)", muchas de las cuales, por cierto, acaba de bloquear también el Gobierno cubano.

Qurium, una ONG dedicada a la defensa de los derechos digitales, protección de datos y la seguridad en internet, recientemente publicó un análisis de las tecnologías utilizadas para bloquear sitios web en Cuba y concluyó que existen dos modalidades que en la actualidad conviven. Inicialmente, se utilizó un protocolo para impedir el llamado tráfico "http". Es decir, cuando una persona desde Cuba escribe la dirección de la página bloqueada mediante este método, no recibe respuesta, lo que causa la impresión de que el sitio no logra cargar y el usuario no tiene la certeza de si se encuentra frente a un episodio de censura o a un fallo en la conexión a internet.

Cuando una persona desde Cuba escribe la dirección de la página bloqueada mediante este método, no recibe respuesta, lo que causa la impresión de que el sitio no logra cargar y el usuario no tiene la certeza de si se encuentra frente a un episodio de censura o a un fallo en la conexión a internet

Posteriormente, cuando las webs comenzaron a utilizar el protocolo de tráfico cifrado "https", se aplicó un nuevo método que bloquea directamente la IP de la web (la dirección que identifica a cada dispositivo electrónico conectado a internet y que permite encontrar lo que está hospedado o guardado en esa computadora, en este caso una página web).

Cuando esto sucede, los internautas reciben el mensaje de que están tratando de conectarse a una página no segura debido al "ERR_SSL_PROTOCOL_ERROR". Esto significa que la página está bloqueada por un cortafuegos.

Por eso, algunas webs que inicialmente estaban bloqueadas mediante el primer método, por "http", fueron visibles un tiempo cuando comenzaron a utilizar el protocolo de tráfico cifrado "https", como fue el caso de 14ymedio y Tremenda Nota, que fue censurada a través del bloqueo para tráfico cifrado concidiendo con el referendum constitucional de 2019, ante el que la publicación fue muy activa en su apoyo al matrimonio igualitario. El Estornudo es otro de los medios críticos con el Gobierno hostigado y restringido, aunque actualmente puede verse desde Cuba mediante espejos proporcionados por Qurium, como CubaNet y Rialta. CiberCuba, ADN Cuba y Periódico Cubano son otros de los perjudicados, así como la página de la Asociación Pro Libertad de Prensa y hasta medios internacionales como Gatopardo, una de las revistas narrativas más reconocidas de América Latina, que dejó de verse en Cuba en enero de 2019 cuando publicó una columna de Abraham Jiménez Enoa, cofundador de El Estornudo.

Todos estos trabajos pasan por China, ya que la empresa Huawei es el principal proveedor de infraestructura de fibra óptica y conexiones wifi para Etecsa. Además, ZTE y TP Link, también chinas, son proveedores clave de equipos para conectarse a internet en la Isla.

Todos estos trabajos pasan por China, ya que la empresa Huawei es el principal proveedor de infraestructura de fibra óptica y conexiones wifi para Etecsa

"China domina el sector de las telecomunicaciones en Cuba y representa un reto para las empresas estadounidenses que quieran entrar en el mercado", asegura un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos publicado en 2019.

A pesar de que no se puede determinar con precisión, OONI ha encontrado trazas de código chino en el software y las interfaces que se emplean para los portales de acceso a las conexiones wifi. Por su parte, Qurium ha reportado que el uso del encabezado V2R2C00-IAE en algunas respuestas de "Filtrado web" sugiere la presencia de un producto NIP (Sistema de detección de intrusiones de Huawei). Esto significa que la organización ha encontrado patrones de censura china en Cuba.

Un programador cubano residente en la Isla, que pidió anonimato por temor a represalias, explicó que tras las pruebas que ha realizado para determinar por qué comenzaron a fallar los VPN en el mes de octubre, ha encontrado evidencias de bloqueo por DPI (deep packet inspection o inspección profunda de paquetes). Cuando se hace un bloqueo por DPI se puede detectar cuando una conexión utiliza VPN y le bloquea el acceso.

El experto también comprobó que en el caso de algunas VPN que eran mucho más complejas de bloquear, la alternativa de las autoridades cubanas fue impedir el acceso a páginas relacionadas al servicio para que fuera difícil encontrarlas y descargarlas. Así ocurrió con una de las VPN más populares, NordVPN, según explicó. "Esto no es un trabajo de un día o dos", dijo. "Lleva mucha labor de prueba y error montar semejante infraestructura de bloqueo". A su juicio, Cuba está usando tecnología para controlar la web ya desarrollada por otros países, principalmente por China.

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