En Cuba, robar 25 litros de gasolina es más grave que desviar millones de barriles de petróleo
Petróleo
Ante el despliegue militar de EE UU en el Caribe, cinco tanqueros de la flota fantasma rusa dan media vuelta
Madrid/La comisión de un delito menor ha costado a dos trabajadores de la empresa comercializadora de Combustible de Matanzas una humillación pública que incluye la difusión de sus rostros y nombres completos como si de dos peligrosos delincuentes se tratara. Eso, como entrante, porque la pena mayor está por venir si en el juicio que les espera se les acusa de sabotaje, uno de los delitos más graves del código penal, con penas de entre cuatro y diez años de prisión.
La noticia fue difundida este lunes por la cuenta oficialista Con todos la victoria, dedicada a airear pequeños éxitos policiales de la provincia de Matanzas y en el que se ha calificado el hecho de “acto totalmente bochornoso”. En el post –acompañado con las fotografías de los presuntos ladrones– se relata que las autoridades sorprendieron al jefe de turno y un agente de seguridad de la empresa “con las manos en la gasolina”.
Los trabajadores habían sustraído de uno de los tanques “25 litros de gasolina cuidadosamente empacados en bolsas de nylon, un producto altamente demandado y deficitario por estos días en la población”, cuando “su misión era precisamente proteger esos recursos destinados a la economía y al bienestar de la población”. Por ello, indican, “se ganaron un proceso judicial”.
Más suerte que ellos tuvo un conductor de un camión de la empresa Transcupet, que fue cazado “ordeñando” combustible en la autopista nacional, a la altura de Jagüey Grande
Más suerte que ellos tuvo un conductor de un camión de la empresa Transcupet, que fue cazado “ordeñando” combustible en la autopista nacional, a la altura de Jagüey Grande. En su caso, aunque también se ha difundido el nombre y apellidos, no hay foto con su cara. Y eso que estaba extrayendo 100 litros de petróleo del tanque. La cuenta alecciona una vez más. “La jugada, que parecía astuta, terminó en un revés: (...) Una lección que deja claro que, por más mañas que se inventen, lo ajeno sigue siendo ajeno”.
No se puede negar, a la luz de los comentarios de ambas publicaciones, que falten voces pidiendo mano dura contra quienes “roban a todos”, pero la defensa cerrada de los tres individuos es la tónica general. “En Cuba se vive del robo en todas las empresas, porque el salario no es digno de ningún ser humano”, indicaba uno. Las menciones al salario indigno se repiten hasta la saciedad y no escasean quienes consideran que la corrupción es consustancial a la cotidianeidad cubana. “En Cuba todo es ilegal, desde que te levantas de la cama estás pensando cómo sobrevivir”.
Los robos de combustible azotan a la Isla desde hace bastantes años y las autoridades no saben cómo ponerle coto: ni los juicios ejemplarizantes ni las condenas, cada vez más elevadas, han logrado reducir la cantidad de sustracciones de este tipo. Hace pocos meses, en un programa de Humberto López en Televisión Cubana dedicado a este delito se afirmó que en el país había sistemas perfectamente engrasados –que involucraban a operarios, jefes de brigada, directivos y custodios– con los que se perdían “hasta 20.000 o 30.000 litros de combustible” al día.
En las condiciones actuales, cuando la Unión Eléctrica reporta diariamente el déficit de unos 1.000 megavatios solo por la falta de generación distribuida –la mayoría de ellos por escasez de combustible–, señalar al que se lleva 25 litros no puede ocultar la revelación de que el propio Gobierno cubano desvía hacia el mercado chino millones de barriles de petróleo regalados por Venezuela, en lugar de dedicarlos a la producción de electricidad para reducir los apagones de hasta 24 horas seguidas.
Este lunes la Isla volvió a vivir un déficit de generación escandaloso, con 2.007 MW en la hora pico. A pesar de que durante la mejor hora solar los parques fotovoltaicos entregaron 523 MW, la generación matinal era solo de 1.330, para una demanda de 2.300 MW. La cosa, lógicamente, empeoró en la tarde noche, cuando se producían solo 1.257 MW para una demanda de 3.089. De ellos, más de 930 eran por falta de combustible.
La situación podría complicarse con el camino que están tomando las cosas en la petrolera estatal Pdvsa. A los datos conocidos este lunes sobre exigencias de descuentos por los compradores –que ven cómo sus compras podrían ser incautadas por EE UU después de lo ocurrido con el decomiso del Skipper, se suman nuevas informaciones. Según Reuters, un petrolero con nafta rusa –pasa refinar el pesado crudo venezolano– y cuatro grandes tanqueros han dado la vuelta desde que aquel barco fue confiscado.
El primero de ellos es el 'Boltaris', con bandera de Benín, que transportaba unos 300.000 barriles de nafta rusa hacia Venezuela, y dio marcha atrás el fin de semana
El primero de ellos es el Boltaris, con bandera de Benín, que transportaba unos 300.000 barriles de nafta rusa hacia Venezuela, y dio marcha atrás el fin de semana. Ahora, cuenta la agencia, se dirige a Europa sin haber descargado. Los otros cuatro buques, programados para cargar en puertos venezolanos en las próximas semanas, también han retrocedido, dejando paralizadas muchas exportaciones del país, a excepción del que saca Chevron, la compañía estadounidense con permisos para operar en Venezuela.
Este lunes, Pdvsa afirmó haber sido víctima de un ciberataque que detuvo sus sistemas administrativos y operativos, incluyendo la entrega de petróleo.
Las sanciones impuestas durante el primer mandato de Donald Trump a los hidrocarburos provocaron una caída del 99% de los ingresos en divisas entre 2014 y 2020 y la economía dejó de generar 642.000 millones de dólares.
En enero de este año, la producción de crudo superó el millón de barriles por día (bpd) por primera vez desde junio de 2019, al bombear 1.031.000 bpd. La cantidad ha aumentado hasta los 1.142.000 bpd en noviembre, aunque en 1998, un año antes de que el chavismo llegara al poder, Venezuela llegó a producir 3,1 millones de bpd, de acuerdo con un informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep). Dos años después, Chávez y Castro firmaron el acuerdo con el que Cuba mantenía un suministro estable que le dio aire durante décadas, pese a que la producción iba bajando, especialmente desde 2017, pero ahora las cosas se están torciendo aún más.