La estafa de la “cola a domicilio” para comprar gas en Sancti Spíritus
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A pesar de pagar de más por el servicio en casa, las 'balitas' hay que buscarlas en la oficina de Cupet
Sancti Spíritus/La promesa de las autoridades de que con la reserva de turnos a través de la app Ticket y la plataforma Transfermóvil se garantizaría un mejor servicio del gas ha resultado falsa. Luego de las quejas generalizadas en La Habana, los testimonios siguen multiplicándose en la provincia, donde funciona el mismo sistema desde finales del pasado junio.
En Sancti Spíritus, la cola para comprar balitas este martes en una de las oficinas de Cupet no era normal. Y no porque los cubanos no estén acostumbrados a guardar largas filas para cualquier trámite, sino porque ese gas estaba reservado para ser entregado a domicilio.
A Luis le llegó el “tan esperado Ticket”, cuenta a este diario, días después de que se reanudara la venta de gas en la provincia, a principios de este septiembre. “Después de meses sin nada”, apostilla. En su momento, se había anotado en la “cola de domicilio”, una modalidad, explica, “donde pagas 100 pesos más para que te lo lleven a la casa”.
“Oye, el gas de domicilio hay que buscarlo en la oficina del gas, porque todos los carros están rotos y los eléctricos no han podido cargarse después de la caída del sistema”
Lo que siguió es uno de esos pequeños calvarios que tienen que sufrir los cubanos a diario. “Después de recibir la notificación de que podía adquirir una bala de gas y lograr que la aplicación me dejara confirmar y pagar, empezaron a pasar los días y nada de gas”, relata Luis. Una vecina lo alertó, refiriéndose al nuevo colapso del sistema energético nacional la semana pasada: “Oye, el gas de domicilio hay que buscarlo en la oficina del gas, porque todos los carros están rotos y los eléctricos no han podido cargarse después de la caída del sistema”.
Luis prosigue: “En ese momento, mi incertidumbre fue grande, porque no había ningún comunicado, solo un rumor de barrio”. Así pues, se encaminó a la oficina central, donde pudo comprobar que el asunto no era solo un rumor: “En efecto, debía ir al otro día a las nueve y media de la mañana para recoger la bala de gas que me tocaba y que había pagado”.
La operación seguía sin estar clara para él: “Siempre con la duda de si me despacharían realmente el gas, porque yo había pagado 100 pesos más para que me lo llevaran a la casa”. Esa cantidad se suma a lo que cuesta de por sí los “planes de suscripción” de la app Ticket –de 14 días, por 12 pesos; de 28 días, por 20, y de tres meses, por 50–, que se deben pagar por EnZona o Transfermóvil.
El hombre se preguntaba si se los devolverían –“son solo 100 pesos, no alcanzan para una pizza, pero son míos”, lamentaba–, y pronto obtuvo respuesta. No a las 9:30, como le habían prometido, sino a las 11:30, apareció el camión, el martes, ante una cola inmensa.
Luis concluía así la narración: “El empleado que me atendió trabajaba en cámara lenta, y estoy casi seguro que no sabía claramente lo que estaba haciendo, porque ni el número de la bala revisó. No mencionaron nada de los 100 pesos, pero yo no dije nada. ¿Y si me dejaban sin gas? Al final salí de allí con el amargo del mal servicio y la estafa. Porque fue una estafa”.