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La lucha contra los virus en Cuba se libra desde Miami

Salud

Se agotan en Florida repelentes de mosquito y medicamentos que los emigrados envían a la Isla

Fila en una oficina de la agencia Cubamax, en Miami, este lunes. / 14ymedio
María Casas

23 de octubre 2025 - 15:50

Miami/Sentados sobre sillas plegables, con sombrillas, vasitos de café y gafas de sol, decenas de clientes esperaban la mañana de este jueves frente a una de las oficinas de la agencia Cubamax, en Miami, para enviar algún paquete a su familia en la Isla. La crisis sanitaria que azota el territorio cubano moldea desde lo que se compra en los mercados de la capital del exilio cubano hasta el contenido de esas cajas que viajan 90 millas en barco o en avión.

"Tengo dos pomos de repelente contra mosquitos, varios paquetes de incienso de citronella para alejar los bichos y medicamentos para la fiebre", enumera a 14ymedio Gladys, de 66 años, que apenas lleva tres en Estados Unidos. Con numerosos parientes aquejados por el dengue y el chikungunya, la mujer trataba de mandar varias cajas cargadas de medicamentos, alimentos y todo tipo de productos para alejar al Aedes aegypti, el mosquito que ha puesto en jaque al sistema de Salud Pública cubano.

Residentes en San Miguel del Padrón, los parientes de Gladys llevan semanas "que no salen de una para entrar en otra", advierte la mujer. "Empezaron los niños y ahora también los más viejitos de la casa están contagiados, el que peor la está pasando es mi primo que es diabético, hipertenso y tiene una cardiopatía". Para completar la larga lista de necesidades y pedidos, la emigrada recorrió varias cadenas de supermercados: Sedano, Navarro, Fresco, Costco, Publix y hasta Target. "Es que en algunos lugares llegué y se habían acabado los espray de repelente porque dicen que la gente está comprando muchos para mandar a Cuba".

Las urgencias en la Isla han terminado por dar forma al comercio en Miami

Las urgencias en la Isla han terminado por dar forma al comercio en Miami. Las semanas previas al inicio del curso docente en la Isla, la demanda de uniformes escolares se multiplica en las tiendas que han visto en la venta de esas indumentarias de uso obligatorio en las aulas cubanas un filón económico. Si la producción de café nacional cae en picado y la cuota del racionamiento se tarda en llegar, allá van los emigrados a adquirir La Llave, Bustelo y otras marcas más económicas para enviar cuanto antes a La Habana o Camagüey.

Al lado de Gladys, un hombre joven disertaba este jueves, largo y tendido, sobre la mercancía que enviaría cuando, tras una larga cola, pudiera entrar a la oficina climatizada. "Le traje un bastón a mi mamá que tiene una rodilla muy inflamada por el virus y casi no puede dar un paso, también le incluí unos medicamentos contra las diarreas y un producto para depurar el agua que le está llegando muy sucia". Completará la caja, de hasta 100 libras y que, bajo una oferta especial, cuesta por estos días 45 dólares el envío, con latas de sardinas, leche en polvo y “un aparato nebulizador para un tío abuelo, que padece de asma, y encima de eso está con oropouche”.

Sales de rehidratación oral, pomadas para calmar los dolores articulares, compuestos para las náuseas y una larga lista de fármacos para aliviar el dolor de cabeza se acumulaban también en los bultos que acompañaban a los clientes. Con cada persona que lograba entrar a la oficina y despachar su paquete, una familia en Cuba veía la luz del alivio al final del túnel del colapso sanitario.

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