La noche de La Habana se llena de cacerolazos por los apagones
Cuba
La crisis energética que azota la Isla llega a las inmediaciones del Casino Deportivo, donde abundan los chalets con jardín
La Habana/Las inmediaciones del Casino Deportivo, en el municipio habanero de Cerro, eran una boca de lobo la noche de este lunes. Oscura, pero en absoluto silenciosa. Por calles como Primelles o Santa Catalina sonaban con fuerza los cacerolazos. “La programación no la cumplen, la gente está sin dormir”, denuncia con este diario un vecino, que asegura que en los últimos días llevan 12 horas de apagón diarias.
Ayer, informó la Empresa Eléctrica de La Habana, un “disparo” de dos líneas dejó sin funcionamiento las subestaciones de Melones y Tallapiedra, además de la única patana turca que queda en la capital, la de Regla, con lo que se quedaron sin luz La Habana Vieja, Centro Habana y parte de San Miguel del Padrón y de Diez de Octubre. La mañana de este martes, la empresa estatal comunicó que estaban “afectados” los seis bloques de la capital y “no se pudo cumplir la programación”.
Según el parte de hoy de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), el lunes se llegó a una afectación de 1.798 megavatios (MW) en la hora de máxima demanda. Para este martes se prevé aún peor. Para esa hora pico se calcula una demanda de 3.550 MW y una disponibilidad de 1.780 MW, con lo que el déficit será de 1.770 MW. La afectación real, sin embargo, se estima en 1.840 MW.
“Ahora cualquiera toca una cazuela, esto es impensable hace un año”
Aunque en la capital están lejos de los cortes eléctricos de las provincias –donde los apagones han llegado a ser de 26 horas en las últimas semanas–, sus residentes empiezan a cansarse. “Ahora cualquiera toca una cazuela, esto es impensable hace un año”, dice el vecino del Casino Deportivo.
La barriada, con una imagen de zona acomodada de La Habana donde viven familias con mejor situación económica, en el pasado aparecía en los clasificados de compraventa de viviendas como un área donde “no se va la luz”. Sin embargo, la crisis energética que azota la Isla también ha tocado a la puerta de los chalets con jardín y amplios salones que abundan en su perímetro.
Las penas de prisión que se han dado de manera arbitraria para algunos de los que han salido a protestar por la crisis energética haciendo sonar las cazuelas son un efectivo método de disuasión, pero los ánimos están cada vez más caldeados. Este lunes, la desesperación, principalmente por la falta de agua pero también de luz, llevó a un grupo de madres a cerrar la calle Monte con sus hijos en brazos, enarbolando cubos vacíos.
Agentes de Policía intentaron disolver la protesta, a empujones y malas palabras, si bien momentos después, en el lugar apareció un camión cisterna, custodiado por una patrulla, para apaciguar a la multitud.