Recién pescado
La Habana/En las cercanías de la calle Línea en el Vedado habanero, un joven vende este pescado que acaba de sacar del mar. Después de horas en el agua, sobre una rústica embarcación, el osado marinero ha logrado capturar un ejemplar de gran tamaño que ofrece a un precio de 10 pesos convertibles, el salario de 15 días de trabajo para un profesional.
La venta del hermoso especimen va rodeada de la epopeya de la pesca. El joven alardea de las dificultades enfrentadas, del largo tiempo que debió esperar hasta que picara el pez y también cuenta la sorpresa en el momento que lo sacó del agua. Su rostro se llena de felicidad al saber que esta tarde, gracias al pescado, su familia podrá comprar algo de pollo, una botella de aceite y hasta un poco de refresco para sus hijos.
A pesar de estar rodeados por el mar, los cubanos lo tienen muy difícil para conseguir pescado fresco. Los administradores de restaurantes privados deben hacer verdaderas maromas para garantizar el suministro de estos productos en su menú. Dependen, en la mayoría de los casos, del mercado ilegal y de pescadores como este joven, cuyo pescado probablemente termine esta misma noche en la cocina de una de estas paladares.