Reparar el desastre de La Coloma costará al menos 110 millones de pesos, la mayoría en divisas
Pinar del Río
La procesadora de langosta de Pinar del Río aún está en un circuito priorizado y recibe corriente todo el día pese a su cierre
Madrid/El malestar cunde en La Coloma, Pinar del Río, tras el incendio que se cebó el pasado sábado 11 de octubre con las instalaciones de la Empresa Pesquera Industrial del municipio, responsable del 45% de la langosta capturada en Cuba y el 80% del bonito, productos ambos de alto valor en el mercado nacional e internacional. A pesar de que en estos momentos la mayoría de los trabajadores de su plantilla no pueden trabajar, la entidad no ha perdido su condición de circuito priorizado y recibe luz de manera constante, denuncian vecinos de la zona.
“Quiero preguntarle al director de la Empresa Eléctrica por esta vía ya que no da la cara, cuál es el motivo de que en La Coloma no quiten la corriente si ya no hay langosta”, pregunta un perfil anónimo en la página de Facebook Ventas Pinar. El autor acusa al director de la entidad, Yordan Nogueira Tapia, de corrupción, aunque no aporta más pruebas que su extrañeza ante el gasto de luz en un circuito que no la necesita.
“Hasta para ser corrupto hay que saber y ser inteligente. Ya está bueno de descaro, mendigando uno unas pocas horas de corriente que nos pertenece por derecho. (...). La corriente no es un lujo es una necesidad, está bueno ya. Suelten el circuito P961”, reivindica, añadiendo que este mismo sábado la ciudad entera estuvo 16 horas en apagón. “Sus negocios no me interesan pero no los hagas a cuenta de nosotros, ¿ok?. Da la cara, bola de corrupción. Tú llevas una auditoría”, reclama.
"La corriente no es un lujo es una necesidad, está bueno ya. Suelten el circuito P961”
Según la prensa oficial, “decenas” de empleados laboran en las tareas administrativas de la empresa para intentar reorganizar la reconstrucción. Los cálculos preliminares indican que se necesitarán unos 110 millones de pesos –aproximadamente 231.578 dólares al cambio informal– para arreglar el desastre, “buena parte de ellos en divisas”. Nogueira Tapia, no obstante, no descarta que la suma pueda incrementarse en adelante, según avancen las tareas de demolición y recogida de deshechos.
Por el momento, todas las líneas están afectadas: desde la preselección, el descole, la cocción y el empaque, hasta el precocinado. En este último, como ya se había avanzado, estaban las “máquinas de última generación”, adquiridas en 2022: una clasificadora automática y tres embolsadoras con sus respectivos túneles de calor. La lista de daños es eterna, ya que no solo las máquinas están afectadas. También las mesas, estantes de acero inoxidable, equipos de clima, paredes y falsos techos, cubiertas de zinc y hasta un pedazo de la placa. Nada de esto se salvó y ahora los esfuerzos se dirigen a lograr que las 44 embarcaciones langosteras que funcionan pesquen sin descanso.
“Esa es la única manera de superar esta situación, porque la mayoría de los recursos que hay que comprar son importados y hoy un porciento considerable de las divisas que generan nuestro grupo empresarial y nuestro Ministerio proviene de la langosta”, dijo el directivo a Granmaeste fin de semana, que descargó en los pescadores la responsabilidad. “Tendrán que permanecer más días alejados de sus casas, porque el traslado de lo que capturen será hacia otros territorios. Pero les hemos explicado que la recuperación depende en buena medida de lo que ellos sean capaces de hacer”, expuso.
Hay 175 trabajadores cuyos puestos de trabajo penden de un hilo: parte de ellos irán a parar a otra planta –no especificada– que se encarga del procesamiento del pescado, el cobo y el pepino de mar, así como elaboración de algunos productos poco apreciados por el paladar de los cubanos, como las croquetas, los medallones y la masa de hamburguesa. Otra parte se incorporarán a las tareas de recuperación de la planta quemada y los restantes pasan a ser “interruptos”, cobrando un 60% de su salario básico, lo que en la práctica los deja en una muy mala situación a pesar de que esta planta pagaba salarios muy por encima de la media de la empresa, 20.000 pesos frente a los 9.000 de Epicol.
Según un reportaje publicado por el diario provincial Guerrillero, hay una única razón para el optimismo: “las cámaras de congelación no sufrieron gran deterioro, solo en las juntas y puertas”, y tres días después del incendio ya estaban en marcha, protegiendo parte de la producción.
“Las cámaras de congelación no sufrieron gran deterioro, solo en las juntas y puertas”, y tres días después del incendio ya estaban en marcha"
La planta destruida estaba a punto de recibir una inspección europea de forma online, gracias a la tecnología que había implementado para ello, desde el wifi a las pizarras con detectores de amoníaco y controladores de temperatura monitoreados desde la planta de hielo.
No obstante, la captura no iba ya nada bien. De las 2.700 toneladas que se debía haber pescado hasta la fecha del desastre, faltaban al menos 600, que el director atribuyó a causas tan dispares como el cambio climático y la falta de disponibilidad de combustibles.
Este fin de semana, los trabajadores se enfrascaron en las tareas de recuperación de materiales, ya que algunos escombros podrían reutilizarse, aunque sea en otros lugares. El director, pese al drama, mantiene el optimismo: “Sería el momento para hacer un mejor diseño de planta, la que teníamos estaba muy buena, pero la nueva estaría más acorde a las últimas exigencias del mercado internacional”, expuso.
La producción de langosta, uno de los rubros más rentables para el Estado, ya se encuentra en franco declive. En 2019, los pescadores de Isla de la Juventud obtenían un promedio de 19 kilos de langosta por arte de pesca, cantidad que cayó a 5,8 kilos en 2024.
En cuanto al país, en los últimos cinco años la producción ha caído un 84%, desde las 6.900 toneladas de 2019 a las 1.100 del pasado año. Además, en cinco años también bajó un 45% la producción de colas (248.600 toneladas frente a 136.000) y un 9,2% para la entera congelada.