Silencio de las autoridades ante la muerte del prestigioso neurólogo Néstor Pérez Lache
La Habana
El doctor y pedagogo se arrojó al vacío desde un puente de La Habana, según versiones no confirmadas
Madrid/Un silencio sepulcral ha rodeado la muerte del reconocido neurólogo y profesor Néstor M. Pérez Lache, una figura célebre en la medicina cubana y reconocido revolucionario. Las circunstancias de su fallecimiento, tras lanzarse por el puente de Santa Catalina y Vento, en La Habana, podrían estar detrás de la escasa visibilidad que ha tenido su deceso.
La noticia ha sido confirmada por el perfil de Facebook Amantes de las FAR (Fuerzas Armadas), que anunciaron la pérdida este miércoles. “Los Servicios Médicos de las FAR, el Hospital Militar Central Carlos J, Finlay y la Neurología cubana están de luto. Con el corazón apesadumbrado, anunciamos el fallecimiento del Dr. Néstor M Pérez Lache, profesor insignia de nuestra institución y una figura colosal de la medicina nacional”, lamentaron en un post escasamente compartido en algunas páginas afines.
“No solo perdemos a un médico; perdemos una era de la neurología cubana. Él no fue simplemente un colega, fue una institución. Su nombre quedará para siempre inscrito con letras de oro en la historia de la neurología cubana, gracias a sus múltiples e innumerables aportes científicos”, continúa el texto. De él se destaca también su faceta como pedagogo, ya que, añade, “más que un profesor, fue un guía y un mentor cuya pasión por la neurología era contagiosa”.
“No solo perdemos a un médico; perdemos una era de la neurología cubana. Él no fue simplemente un colega, fue una institución"
En el post, donde se envían condolencias a la familia y seres queridos, se habla de cómo su legado perdurará en futuras generaciones, especialmente a partir de sus investigaciones.
Nada en el mensaje hace presagiar la causa de la muerte, que se ha divulgado en redes sociales. El martes, a primera hora de la mañana, un llamativo operativo de emergencias y policía llamó la atención de los vecinos. “¿Alguien sabe que pasó en el puente (elevado) de Vento y Santa Catalina? Había un cuerpo tapado ya y la policía en el lugar. Pasé a las 7:30 am y ya estaba”, preguntaba un usuario en Facebook.
En términos similares se expresaba un habanero que respondía a un post de condolencias del también doctor Héctor Bayarre. “Vivo en las cercanías y vi el movimiento policial y los rumores de que era un médico de avanzada edad, pero jamás imaginar que era el profesor. Qué pena”, señalaba.
El silencio del Ministerio de Salud Pública y otras autoridades ha sido elocuente. El doctor Pérez Lache era una eminencia en su especialidad y él mismo se definía como “hijo de la Revolución”, ya que perteneció a la primera promoción de estudiantes de Medicina que se graduó con Fidel Castro en el poder, –quien apareció, de hecho, en la ceremonia, en el Pico Cuba, de Sierra Maestra, en 1965–.
Esta circunstancia era frecuentemente reivindicada por él, puesto que su familia no pertenecía a una clase intelectual ni universitaria: su padre conducía una guagua y su madre era ama de casa. Según su biografía en Ecured –la wikipedia cubana– fue hijo único porque su madre deseaba poder pagarle los estudios.
Pérez Lache se graduó en la Escuela de Medicina, después de pasar una temporada en las Fuerzas Armadas. Posteriormente, se le informó de que en vez de ir a una zona rural como médico continuaría sus estudios especializados. Así, ingresó en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía y completó su formación en 1970 en Japón, con un curso en la Juntendo University, en Tokio,donde profundizó sus conocimientos en torno a la enfermedad de Párkinson.
En 1971, fue trasladado al Hospital Militar Central Doctor Carlos Juan Finlay, por su condición de militar, donde era el único neurólogo de la época. A finales de esa década formó parte del grupo de científicos que realizó investigaciones médicas del vuelo espacial conjunto entre Cuba y la entonces Unión Soviética, realizado en 1980. Sus estudios exploran el umbral táctil, muy relevante para los pilotos, y de ahí surge el Método Neurodinámico Estesiométrico, un método clínico neuropsicológico creado por él y con el que obtuvo su segundo doctorado.
En 1986 se le otorgó, por ello, el grado científico de doctor en Ciencias Médicas. Además, ha viajado al exterior en numerosas ocasiones para representar a Cuba en congresos de su especialidad, sin dejar de dar clases de Anatomía del Sistema Nervioso Central en la Escuela de Estomatología.
Premio al Mérito Científico por la obra de toda la vida, se desconocen las razones que lo llevaron a un final tan triste, pero, en medio de las especulaciones sobre una posible incidencia de la sobrecarga laboral en su gremio, algunas personas cercanas han pedido que se deje de especular y utilizar su fallecimiento con motivos partidistas.