Un vecino de La Habana Vieja cierra una calle en protesta por el mal estado de su vivienda
Protesta
Aguilar Medrado pedía hablar con el intendente, pero le mandaron la Policía y la Seguridad del Estado
La Habana/La paciencia de Lázaro Aguilar Medrano llegó este jueves a su fin. El vecino de la calle Aguiar, esquina a Muralla, en La Habana Vieja, cortó esta mañana el paso de vehículos por la vía en reclamo de una respuesta institucional por el mal estado de su vivienda. Pero, en lugar de los funcionarios, han sido la policía y la Seguridad del Estado los que han llegado hasta el lugar, según pudo confirmar 14ymedio.
Aguilar Medrado cerró el paso a los automóviles con un viejo sillón, un colchón, el bastidor de una cama, una lavadora, un cartel con sus demandas, una motocicleta y algunos envases que su familia utiliza para almacenar agua en uno de los municipios con más problemas de abastecimiento de toda la ciudad. "Yo quiero al Gobierno aquí. Porque está bueno ya el descaro y no voy a hablar con más nadie", declaró en un video realizado por CubaNet.
En la grabación, Aguilar Medrano reclama la presencia de Alexis Acosta Silva, Intendente de La Habana Vieja, y también de la gobernadora de la ciudad Yanet Hernández Pérez. "La cuadra va a estar cerrada hasta que venga el Gobierno para acá", insistió. El hombre señaló la falta de respuestas a sus trámites, para solucionar el drama de la familia, de parte del Instituto de la Vivienda, el Partido Comunista y otras entidades provinciales y municipales.
El hombre hizo también mención a su madre, Estrella Medrano López. Según contó, la mujer obtuvo a lo largo de su vida numerosas condecoraciones oficiales: "Y Estrella tiene mil medallas, mil mierdas, mil… por gusto. Se cagan en todo eso", aseguró como muestra de la situación de abandono que sufren las personas que, en su juventud, ayudaron a construir el actual modelo político del país. "¿Para qué partido? ¿Para qué gobierno? Ciérrenlos. Porque no funcionan. No funcionan", cuestionó.
Pasada la una de la tarde, cuando este diario visitó el lugar, Aguilar Medrano ya había sido detenido por los uniformados y un auto policial permanecía parqueado a las afueras de su casa. Un cercano graffiti, pintado sobre una fachada casi en ruinas, aseguraba: "All we need is love" (Todo lo que necesitamos es amor).
Las pertenencias del manifestante habían sido retiradas de la calle y colocadas en la acera frente a su vivienda. Aunque el hombre ya no estaba, los vecinos se mantenían expectantes de la escena del operativo policial que incluyó patrullas, motos, agentes uniformados y otros de civil que vigilaban las esquinas. El puesto de mando del despliegue fue ubicado en la cercana Comisión Electoral Municipal, situada justo en la esquina.
El exterior de la vivienda de Aguilar Medrano, probablemente erigida a inicios del siglo pasado, evidencia el mal estado constructivo en que se encuentra, después de décadas sin mantenimiento, la falta de recursos de sus moradores y el hacinamiento debido a los problemas habitacionales. En una foto que subió a su cuenta de Facebook se ve que la casa tiene, además, una precaria barbacoa de madera para aumentar el espacio de forma vertical. En la cuadra quedan también las huellas de múltiples derrumbes.
La calle Aguiar no es cualquier vía habanera. Con su inicio en la avenida de las Misiones se adentra en la ciudad a lo largo de unas quince cuadras. En sus predios estuvieron ubicadas las casas matrices o sucursales de al menos nueve bancos, de manera que fue uno de los epicentros del distrito financiero de la capital cubana, el pequeño Wall Street de la Isla. Todos estos negocios resultaron nacionalizados tras la llegada al poder de Fidel Castro en enero de 1959.
En Aguiar también se ubicaban numerosas compañías y agencias de seguros, varias asociaciones comerciales como la Cámara de Comercio Británica, la Asociación de Bancos de Cuba y la Cámara Nacional de Comerciantes e Industriales. En sus inmuebles llegaron a funcionar hasta 105 bufetes de abogados, salones de belleza, pequeñas industrias dedicadas a confeccionar sábanas y sastrerías. Fue tal su actividad comercial y financiera que la apodaron "la calle del dinero".
Los cierres de calles, ya sea para protestar por el mal estado de una vivienda o para denunciar la falta de suministro de agua, se han vuelto cada vez más comunes en Cuba en los últimos años. En La Habana, con frecuencia se ven filas de mujeres que cortan el paso de los vehículos para exigir desde una solución a sus problemas de vivienda hasta la llegada de un camión cisterna que alivie el déficit de agua.