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Los 12 cargos del presidente Xi, el líder chino con más poder desde Mao

Xi Jinping ostenta ya siete cargos civiles y cinco militares. (Day Donaldson/Flickr)
Antonio Broto

01 de febrero 2017 - 09:49

Pekín/(EFE).- El nombramiento del presidente chino Xi Jinping como líder de una comisión militar "para el desarrollo integrado civil y militar", le hace acumular ya 12 cargos y un poder sólo comparable al de Mao Zedong, el fundador del régimen.

Xi, de 63 años y que este año confía en ser reelegido secretario general del Partido Comunista (PCCh) en el XIX Congreso que la formación celebra en otoño, ostenta ya siete cargos civiles y cinco militares, mientras el culto a su personalidad por parte de los medios oficiales crece y ya se asemeja al que tuvo el Gran Timonel.

Xi ostenta ya siete cargos civiles y cinco militares, mientras el culto a su personalidad por parte de los medios oficiales crece y ya se asemeja al que tuvo el Gran Timonel

"La cantidad de tomos y discursos que se han publicado sobre Xi o se le han atribuido es algo fuera de serie y poco habitual", asegura al respecto el español Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China.

Los tres principales cargos de Xi, que también tenían sus antecesores Hu Jintao, Jiang Zemin o el propio Mao, son los ya mencionados de presidente y secretario general del PCCh, a los que se ha de sumar la presidencia de la Comisión Militar Central, con los que domina las fuerzas del régimen (Estado, Partido y Ejército).

Pero a estos cargos habituales Xi ha añadido otros nueve, entre los que destaca el de presidente de la Comisión Nacional de Seguridad, creada en 2014 y cuyo rol en el régimen es un misterio, aunque según observadores es un equivalente al casi homónimo organismo de Estados Unidos.

El currículo de Xi se completa con las muchas comisiones que lidera: a la antes comentada de desarrollo civil y militar, encargada de que la industria nacional se coordine con el ejército, se le unen las de Exteriores, Taiwán, Profundización de la Reforma, Internet, Reforma Militar y Asuntos Económicos.

Un último cargo, este de carácter militar, es el de comandante en jefe del Comando de Batalla Conjunta del Ejército, cargo creado en abril del pasado año para reforzar su control absoluto de las Fuerzas Armadas.

"Desde hace mucho tiempo los líderes chinos buscan fortalecer la lealtad política e ideológica al partido, con el fin de evitar un colapso al estilo soviético"

Estos cargos, y el hecho de que el pasado año el PCCh lo nombrara "núcleo" de la formación, un gesto simbólico, indican una ruptura con anteriores líderes chinos como Hu o Jiang, quienes daban la sensación de ser una especie de portavoces de un régimen en el que no sólo mandaban ellos sino todo el Comité Permanente del Poliburó.

"Este afán de concentración de poder indica que Xi ya no es el primus inter pares del que se hablaba antes, ahora es un primus supra pares", subraya Ríos.

Por otra parte, matiza el experto, "aunque es demostración de su poder, también lo es de su debilidad, porque en circunstancias normales todos sabemos que el que tiene poder en China es el secretario general del Partido".

"Cuando tienes tantos cargos es que algo falla, es que tu base de poder no es tan sólida como quieres que sea", afirma Ríos, mientras la francesa Alice Ekman, directora de investigaciones de China en el Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), opina que la conducta de Xi muestra el intento del PCCh por sobrevivir.

"Desde hace mucho tiempo los líderes chinos buscan fortalecer la lealtad política e ideológica al partido, con el fin de evitar un colapso al estilo soviético", destacó Ekman a Efe, recordando que Pekín lleva años estudiando con mucha atención el caso de la URSS para evitar que se repita en China.

"Hay una cultura política más allá del PCCh que opina que en tiempos de turbulencia se necesita a un líder fuerte que conduzca al país de forma segura"

Para la experta francesa, otro método de consolidación, junto al de concentrar cargos, es la "estricta campaña anticorrupción lanzada por Xi desde su llegada a la cabeza del Partido, y cuyos métodos causan miedo" en la formación, pues van desde denuncias a sesiones de autocrítica, confesiones forzadas o condenas a prisión.

Es complicado que expertos dentro de China puedan hacer valoraciones sobre el poder creciente del líder de su país, en un momento en el que, como señala Ríos, "hay una resintonización de los medios en la que no se puede hacer la más mínima crítica a algo que tenga que ver con Xi".

El español opina, en todo caso, que el camino de Xi no es raro en China, pues ya antes de Mao y del comunismo "hay una cultura política más allá del PCCh que opina que en tiempos de turbulencia se necesita a un líder fuerte que conduzca al país de forma segura".

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