Musk da de baja a la nave Dragon en medio de las amenazas de Trump a SpaceX
EE UU
Aliados íntimos hasta hace poco, los dos multimillonarios han tenido trayectorias paralelas, una ruptura tormentosa
San Antonio/El magnate y consejero delegado de la aeroespacial SpaceX, Elon Musk, anunció este jueves que dará de baja a la nave Dragon, usada por Estados Unidos para transportar material y personas a la Estación Espacial Internacional (EEI), en medio de su ruptura con el Gobierno de Donald Trump.
La decisión fue anunciada por el propio Musk en X en respuesta a una publicación de Trump donde amenazó con poner fin a los contratos que Musk tiene con el Gobierno federal.
"La mejor manera de ahorrar dinero de nuestros presupuestos (del Estado) es acabar con los subsidios y contratos gubernamentales de Elon. Siempre me sorprendió que (Joe) Biden no lo hubiera hecho", escribió Trump en su cuenta de Truth Social.
Washington depende enteramente de la nave Dragon para transportar personal y objetos hacia la EEI. Más recientemente, en marzo de este año, EE UU utilizó esta cápsula para traer de vuelta a los astronautas de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams después de que estos pasaran meses sin poder regresar a la Tierra.
EE UU utilizó esta cápsula para traer de vuelta a los astronautas de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams después de que estos pasaran meses sin poder regresar a la Tierra
SpaceX es uno de los principales contratistas de la NASA y ha recibido más de 17.000 millones por parte del Gobierno federal en los últimos diez años.
La semana pasada, Musk dejó su cargo como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), encargado de liderar el recorte del gasto público en el Gobierno de Trump, por las discrepancias con el plan fiscal del republicano.
Aunque ambos escenificaron una salida amistosa en un acto ante la prensa el viernes pasado en la Casa Blanca, Musk ha incrementado las críticas contra Trump y el republicano se declaró este jueves "muy decepcionado" con esta actitud.
Uno nació en Queens, el otro en Pretoria. Ambos heredaron fortunas y construyeron imperios en torno a su nombre. Uno llegó a la Casa Blanca, el otro al espacio. A pesar de sus diferencias de origen, Donald Trump y Elon Musk han mantenido trayectorias públicas marcadas por su notoriedad, capacidad de influencia y visibilidad constante.
Lo que comenzó como una alianza estratégica durante la campaña presidencial de 2024 ha derivado en un enfrentamiento abierto, con acusaciones, amenazas contractuales y consecuencias económicas directas.
Trump construyó su influencia mediática a través de medios tradicionales, bienes raíces y programas televisivos. Musk lo hizo mediante el desarrollo de empresas tecnológicas y la innovación industrial. Ambos optaron por consolidar sus mensajes en plataformas digitales de su propiedad: Truth Social, en el caso del presidente estadounidense, y X, en el caso del empresario sudafricano.
Estas plataformas se han convertido en sus principales canales de comunicación directa, para permitirles expresar posturas sin intermediarios. En ambas, los mensajes suelen generar amplias reacciones públicas y repercusiones inmediatas.
Tanto Trump como Musk destacan por su estilo comunicativo directo, sin filtros, y por hacer anuncios o emitir opiniones a través de redes sociales, a menudo en tiempo real y sin previa confirmación institucional
Tanto Trump como Musk destacan por su estilo comunicativo directo, sin filtros, y por hacer anuncios o emitir opiniones a través de redes sociales, a menudo en tiempo real y sin previa confirmación institucional. Esta característica ha influido en la cobertura informativa, en las dinámicas políticas e, incluso, en los mercados financieros.
Sus declaraciones más recientes han reflejado posturas encontradas respecto al gasto público y las políticas fiscales de EE UU y el acceso a contratos gubernamentales. En pocos días, la situación ha escalado de los desacuerdos técnicos a los cuestionamientos personales.
Durante la campaña presidencial de 2024, Elon Musk brindó apoyo financiero a la candidatura de Donald Trump. Tras la victoria electoral, ambos mantuvieron una relación de cooperación que incluyó la participación del empresario en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un órgano consultivo enfocado en el recorte de la administración estadounidense.
Sin embargo, el pasado mes de mayo comenzaron a surgir tensiones en torno a un nuevo proyecto de ley de gastos respaldado por el presidente. Musk expresó su desacuerdo con el contenido del texto legislativo, mientras que Trump manifestó sentirse decepcionado por las críticas recibidas.
El intercambio entre ambos ha tenido repercusiones más allá del plano retórico, que alcanzó su pico este jueves cuando Musk acusó al republicano de aparecer en la lista Epstein y de ser un desagradecido porque, sin él, no hubiera ganado las elecciones. Las acciones de Tesla, compañía dirigida por Musk, registraron este jueves una caída significativa tras las declaraciones de Trump sobre posibles cancelaciones de contratos gubernamentales. A su vez, Musk anunció que SpaceX reevaluaría su colaboración con organismos públicos.
El presidente, por su parte, retiró el respaldo a ciertas iniciativas asociadas al empresario, incluidas nominaciones de terceros vinculados a proyectos tecnológicos
El presidente, por su parte, retiró el respaldo a ciertas iniciativas asociadas al empresario, incluidas nominaciones de terceros vinculados a proyectos tecnológicos.
Pese a la ruptura, tanto Trump como Musk seguirán siendo figuras con presencia constante en la esfera pública. El primero, desde su cargo en la Presidencia de Estados Unidos. El segundo, como principal ejecutivo de varias empresas tecnológicas con operaciones internacionales.
El futuro de su relación es incierto, pero la trayectoria de ambos sugiere que seguirán ocupando espacios relevantes en sus respectivos campos. El episodio protagonizado por ambo este 5 de junio pone de relieve la complejidad de las alianzas entre actores de alto perfil cuando convergen intereses políticos, económicos y personales. Trump y Musk no han chocado porque sean opuestos. Han chocado porque son lo mismo.