"Se quieren hacer ricos a costa del dolor de los cubanos"

Los trámites de reunificación familiar en la Embajada de EE UU en Guyana están "en manos de una mafia"

Denuncian la colusión entre los dueños de hostales y la clínica autorizada para los análisis médicos

Aún son decenas los cubanos en Guyana, gastando un dinero que comienza a ser insostenible para sus familiares. (14ymedio)
Aún son decenas los cubanos en Guyana, gastando un dinero que comienza a ser insostenible para sus familiares. (14ymedio)
Olea Gallardo

08 de abril 2022 - 22:10

La Habana/Juan y Ernestina (nombres ficticios) llegaron a Georgetown, Guyana, el pasado 15 de marzo para tramitar sus visados por reunificación familiar. Los había reclamado su hija, Miriela, afincada en Estados Unidos desde 2011, que también prefiere guardar el anonimato porque asegura que sus padres están "en manos de una mafia".

El proceso, obligatorio desde que la Embajada de Estados Unidos en Cuba suspendió los servicios tras la aparición de diplomáticos con extraños síntomas conocidos como "síndrome de La Habana", debería haber sido sencillo, pero se ha convertido en un rosario de angustias y gastos.

Antes de llegar a Guyana, la pareja, que ronda los 70 años, llevaba "12 días de angustias", cuenta su hija, primero porque no había pasaje en ninguna aerolínea. "Gastamos cientos de dólares llamando a Copa y no nos vendieron un pasaje porque, según ellos, estaban llenos hasta julio". Gracias a un contacto, consiguieron un vuelo con escala en Panamá, nada menos a casi 5.000 dólares cada uno.

"Al principio te dicen que cobran 90 dólares al día, pero al llegar, resulta que cobraban 100 al día por un departamento"

Pocos días después de haber comprado ese boleto, la Embajada panameña en La Habana anunció que los cubanos necesitarían un visado de tránsito para pisar su territorio hacia un tercer país. Aunque la decisión, que provocó manifestaciones durante días en las inmediaciones de la sede consular y sigue siendo fuente de protestas, afectaba principalmente a los que pensaban emigrar a Estados Unidos irregularmente vía Nicaragua, también golpeó a los que, como Juan y Ernestina, habían emprendido una ruta legal.

Ambos tenían la entrevista consular entre el 16 y el 30 de marzo, justo las fechas para las que las autoridades migratorias obligaban a reprogramar los pasajes, pues la visa de tránsito había que solicitarlas con 15 días de antelación. En el último momento, les surgió la opción de volar a Guyana vía Trinidad y Tobago por Caribbean Airlines y la tomaron. Pagando, eso sí, dice Miriela, "otro precio ridículo".

Ya en Guyana, los problemas estaban lejos de disminuir. Para empezar, el alojamiento no era el que les habían prometido en la publicidad. "El hostal en teoría es una casita pequeña con todas las condiciones mínimas. Al principio te dicen que cobran 90 dólares al día, pero al llegar, resulta que cobraban 100 al día por un departamento", refiere Miriela. De igual manera, el precio incluía desayuno, almuerzo y comida.

Sin embargo, la calidad y cantidad de esa "pensión completa" era escasa, así que a sus padres no les quedó más remedio que ir a un mercado a comprar lo que necesitaban. Con la excusa de que el alojamiento "no está en una zona demasiado buena", denuncia Miriela, "les cobran por llevarlos a un mercado lejos de ahí, en taxi".

Con todo, lo grave llegó con los exámenes clínicos que exige la Embajada estadounidense como requisito para conceder las visas. "Mis padres hace exactamente 15 días que se hicieron los análisis y supuestamente los resultados no están", dice Miriela, que asegura que "si les das 200, 300, 400 dólares, en dependencia del apuro que tú tengas, o que ellos supongan que tú tienes, los análisis aparecen en cuestión de segundos".

Los trabajadores de la clínica actualmente, calcula Miriela, son un 80% cubanos y el otro 20%, guyaneses y venezolanos. Para esta espirituana, es obvio que la clínica y el hostal están coludidos en la "corrupción"

Esa clínica, International Medical Center, fue por cierto objeto de escándalo en noviembre de 2021, cuando fue asesinado su dueño, el doctor Colin Roach, un crimen por el que fueron detenidos dos empleados, sin que trascendiera la identidad de estos.

Los trabajadores de la clínica actualmente, calcula Miriela, son un 80% cubanos y el otro 20%, guyaneses y venezolanos. Para esta espirituana, es obvio que la clínica y el hostal están coludidos en la "corrupción".

A modo de ejemplo, cuenta cómo un sábado desde el alojamiento se ofrecieron a ir a recoger los análisis al centro médico. "Si la clínica solo trabaja de lunes a viernes, ¿tiene algún sentido que la dueña de un hostal, que no tiene ningún vínculo con el paciente, se aparezca en su negocio con los resultados de los análisis?", se pregunta Miriela. "Evidentemente hay un tráfico de influencias y un vínculo inequívoco".

La cubana Berta García Reyes, que pasó por el mismo calvario de obtener la visa por reunificación unos meses antes, en diciembre, argumenta que "es tanto el flujo de personas que a muchos cubanos no les da tiempo a hacerse el chequeo antes de ir a su entrevista consular, así que se ven obligados a reprogramar en la embajada una cita adicional para llevar los resultados del chequeo médico, lo que les puede llevar 10 o 12 días, y después de llevar esos resultados a la embajada, deben esperar que les den fecha para finalmente recoger su visa".

Esto, explica, "ha dado lugar a que la gente acuda a esos mecanismos de corrupción en las clínicas para acelerar sus chequeos y resultados. Y es común que sea en los hostales donde se les diga a quién deben acudir para resolver su caso".

García Reyes no conoce la suma de dinero en todos los casos, pero sí sabe "con certeza" que "hay quienes han pagado mil dólares por un chequeo acelerado y válido"

García Reyes no conoce la suma de dinero en todos los casos, pero sí sabe "con certeza" que "hay quienes han pagado mil dólares por un chequeo acelerado y válido".

En su caso, sus problemas empezaron en la propia entrevista consular, cuando, para su sorpresa, le dijeron que tenía que "completar y concluir el chequeo médico", a pesar de que ya se había realizado esos estudios seis días antes. "En el hostal, supe que habían llamado de la clínica para avisar que tenía que ir al hospital", cuenta García Reyes.

En el centro, la doctora le dijo que se había observado "una sombra" en la imagen de rayos X y le diagnosticó "fibrosis quística", y que por lo tanto debía someterse a una prueba de esputo "por sospecha de tuberculosis". Había también otros cubanos allí cuyas placas también resultaron "sospechosas", narra la mujer, "y debían realizarse el mismo análisis de esputo. En algunos casos eran personas asmáticas, también los había con epoc [enfermedad pulmonar obstructiva crónica]. Nos informaron que había que cumplir el protocolo, es decir, la prueba de esputo para descartar tuberculosis en todos los casos".

Todo aquello fue muy alarmante para García Reyes, porque los resultados de la prueba de esputo demoraba entre seis y ocho semanas, lo cual, claro, retrasaba el momento en que se reuniría con su hija en Estados Unidos, pero que, sobre todo, encarecía a esta todo el proceso. "Ella debería seguir cubriendo mis gastos de alojamiento y alimentación –que hasta entonces era de 45 dólares diarios y que, al tener que prorrogar el alojamiento, me lo bajaron a 35 dólares diarios–, así como otros gastos adicionales, por transportación y teléfono", refiere Berta.

"Los cubanos siempre sentimos miedo, en especial cuando estamos en este trámite para entrar a EE UU y creemos que nos pueden deportar por cualquier cosa"

A la ansiedad producida por todo ello se sumaba una preocupación más: "Los cubanos siempre sentimos miedo, en especial cuando estamos en este trámite para entrar a EE UU y creemos que nos pueden deportar por cualquier cosa".

Así, pues, al principio se conformó, pero no duró mucho tiempo. "Con el transcurso de los días, sentía que debía hacer algo. Los cubanos que estábamos en esa situación acabamos conectándonos a través de las redes. Conocí casos que estaban en Guyana incluso antes que yo, desde la primera semana de diciembre, y supe también que la última prueba de esputo por casos anteriores se había hecho el 11 de noviembre, cuando se acabó el reactivo [para procesar la muestra de esputo]".

En ese momento, llegaron a la conclusión de que "o bien los médicos de la clínica eran unos incompetentes, incapaces de establecer un diagnóstico certero y proceder en consecuencia, o bien detrás de todo había un negocio que implicaba a la clínica y los dueños de los hostales, que se beneficiaban con la prolongación de la estancia en Guyana de los cubanos".

El rumor era que la clínica "aceptaba sobornos a cambio de repetir los rayos X o de cambiar el resultado de los exámenes médicos de aquellos que estaban dispuestos a pagar por ello". Mientras tanto, los hostales "mantenían ocupadas todas sus habitaciones a plena capacidad".

García Reyes alude a que la sede consular es plenamente consciente de la situación. "Compartíamos en los hostales con todos los demás cubanos, que llegaban y se iban con sus resultados médicos perfectos, los que, en caso de estar nosotros tuberculosos, hubiesen llevado la enfermedad a EE UU. Eso nos indicaba claramente que el personal médico y hasta los funcionarios de la embajada sabían que en realidad no estábamos enfermos, por tanto no estaban ni mínimamente preocupados o interesados en resolver la situación".

Sin embargo, cada vez que les señalaban a los funcionarios esta cuestión, les respondían que ellos solo "cumplían el protocolo".

"Muchos pensamos que los rumores acerca del reinicio de los servicios consulares de la Embajada en La Habana estaba influyendo de alguna manera en un incremento de la corrupción"

"Muchos pensamos que los rumores que comenzaron a correr en febrero (oficialmente confirmados en marzo) acerca del reinicio de los servicios consulares de la Embajada estadounidense en La Habana estaba influyendo de alguna manera en un incremento de la corrupción entre los centros médicos encargados de hacer los exámenes a los inmigrantes y los hostales donde estos se alojan, urgiéndoles a sacar el mayor provecho posible mientras los cubanos siguieran obligados a hacer los trámites en Guyana", detalla García Reyes.

La rueda "se comenzó a destrabar" para ella tras sus declaraciones a varios medios estadounidenses, como América TeVé y Telemundo, que le dieron publicidad al problema. A partir de ahí, congresistas como Marco Rubio también comenzaron a exigir soluciones para los cubanos varados en Georgetown.

Tras la denuncia de Berta a las televisoras estadounidenses, y aunque sin aludir a las quejas, la Embajada autorizó a un médico adicional, el doctor Arya Devi Karyampudi, del hospital St. Joseph's Mercy, para realizar los exámenes médicos a los solicitantes de visados.

Hasta entonces, y desde el asesinato de Colin Roach, solo estaba atendiendo en el International Medical Center la doctora Yonnette Roach. Ella fue la que atendió a Juan y Ernestina.

Al respecto, Miriela no deja de expresar sus dudas sobre la responsabilidad de la Embajada de Estados Unidos: "Si ellos están reprogramando la mayoría de las citas porque se están presentando sin los documentos, ¿no es obvio que algo está pasando con la clínica? ¿Qué van a hacer al respecto?".

El pasado 22 de marzo, sin tampoco aludir a las denuncias, la sección consular estadounidense en Guyana autorizó a otros dos galenos: Zulfikar Bux y Dev Persaud

El pasado 22 de marzo, sin tampoco aludir a las denuncias, la sección consular estadounidense en Guyana agregó a otros dos galenos: Zulfikar Bux, del hospital St. Joseph's Mercy, y Dev Persaud, del Midway Specialty Care Center.

Los retrasos, en cualquier caso, no son nuevos, y por ello el pasado diciembre Estados Unidos anunció el incremento de personal en su sede diplomática de Georgetown.

No con mucho éxito. Lamentos como los de Juan, Ernestina y Berta se multiplican en el grupo de Facebook "Cubanos unidos por la reunificación familiar", muchos de ellos, apuntando directamente a la sede consular como responsable de la situación.

"Hay que denunciar a esta gente, los de la embajada están en complot con los hostales para que tengas que estar más tiempo aquí", expresa Justo Toledo Luis. "Cuando vas a la entrevista te preguntan el hostal donde te quedas. De aquí nadie sale en menos de un mes".

Nierys Bermúdez se refiere a los dueños de los hostales como "estafadores", al cobrar a los huéspedes 300 dólares para "resolverles" el chequeo médico. "Se quieren hacer ricos a costa del dolor de los cubanos, es demasiado", dice, en el mismo sentido que Zurileydis Domínguez Vichot: "Yo lo que creo es que, como siempre, hacen un negocio redondo con nuestro sufrimiento".

Las críticas en el grupo de Facebook se han tornado en loas, agradecimientos y bendiciones desde que, este miércoles, la Embajada de Estados Unidos anunció que reanudará en La Habana a partir de mayo la tramitación de visados de categoría IR-5, que reconoce a los padres que están siendo reclamados por ciudadanos estadounidenses.

"Venir ilegalmente a este país sale más económico que salir por las vías legales"

A pesar de todo, la sede diplomática en Cuba volvió a insistir que la del próximo mes será una reanudación "limitada", lo cual significa que la Embajada en Georgetown "seguirá siendo el lugar principal de tramitación para la mayoría de los solicitantes cubanos de visas de inmigrante".

Además, la embajada advirtió de que los solicitantes que hayan sido notificados antes del 1 de abril de 2022 de que su caso está listo para ser procesado, seguirán teniendo la obligación de volar a Guyana; los que hayan sido avisados de ese día en adelante, sí tendrán su entrevista programada en La Habana.

"Dadas las limitaciones de sus recursos", añadieron, no están aceptando "peticiones de traslado de los solicitantes". Tampoco tienen "una fecha exacta" de cuándo la sede diplomática "comenzará a procesar toda la gama de servicios de visado para inmigrantes y no inmigrantes", pero aseguraron que continuarán dando "servicios esenciales a ciudadanos estadounidenses y una limitada tramitación de visados de emergencia para no inmigrantes".

Para Berta García Reyes, el proceso fue "sin dudas, la peor y más estresante experiencia" de su vida", cuyo costo "ha sido un sinnúmero de humillaciones, malos tratos, indiferencia, desprecio, indefensión, abandono, angustia, hasta tal punto que algunos sentían deseos de regresar a Cuba y esperar una nueva cita".

Aún son decenas los cubanos en Guyana, gastando un dinero que comienza a ser insostenible para sus familiares. Miriela y su esposo llevan gastados 14.000 dólares, sin contar los pasajes de Guyana a EE UU. "Y la entrevista del viejo es el 22 de abril. Calcula cuántos dólares necesita una familia promedio para este proceso", se lamenta con este diario. "Venir ilegalmente a este país sale más económico que salir por las vías legales".

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