"Se avecina una convulsión en Cuba", advierte el prestigioso medio británico 'The Economist'

Economía

La Cepal y Cuba Siglo XXI describen también un panorama estremecedor y el rechazo del régimen a cualquier cambio

“Resulta difícil comprender cómo sobreviven hoy en día los cubanos comunes”, se pregunta 'The Economist'
“Resulta difícil comprender cómo sobreviven hoy en día los cubanos comunes”, se pregunta 'The Economist' / 14ymedio
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23 de noviembre 2025 - 14:17

Madrid/Como si ante la picadura de un insecto venenoso se negaran a tomar el antídoto que impediría la muerte, el Gobierno cubano sigue ciego su huida hacia delante con un reeditado “programa para corregir distorsiones y reimpulsar la economía”. El plan, presentado el jueves en la prensa oficial y el programa Mesa Redonda, salió la misma semana en que se ha sabido que las cuentas de todas las empresas extranjeras están congeladas y se han publicado tres documentos demoledores sobre la situación de la Isla: un artículo en el prestigioso semanario The Economist, un nuevo informe de Cuba Siglo XXI y los más recientes datos de la Comisión Económica para América y el Caribe (Cepal).

Estos tres van en una misma dirección, resumida por The Economist desde su titular: Cuba se dirige al desastre, a menos que su régimen cambie drásticamente. Para el medio británico –que no suele dedicar mucho espacio a la Isla–, dadas las paupérrimas condiciones económicas, energéticas, sanitarias y demográficas del país, cabalmente resumidas en su largo texto, “se avecina una convulsión”.

“Resulta difícil comprender cómo sobreviven hoy en día los cubanos comunes”, se sorprende de entrada el semanario, que recuerda que “las necesidades básicas cuestan mucho más que el salario mensual promedio oficial de 6.506 pesos (equivalente a 14,46 dólares al tipo de cambio informal, que es el que se maneja)”. El retrato que hace The Economist de los padecimientos de la vida cotidiana es reconocible para cualquier ciudadano de la Isla: “Bajo un calor sofocante, la electricidad se interrumpe en la mayoría de los lugares durante al menos cuatro horas al día, y en algunas zonas, casi todo el tiempo. Los ventiladores y aires acondicionados suelen estar apagados. En muchos lugares también falta el agua, por lo que beber, cocinar y lavarse, y ni hablar de ducharse o incluso usar el inodoro, resulta a menudo imposible”.

"Bajo un calor sofocante, la electricidad se interrumpe en la mayoría de los lugares durante al menos cuatro horas al día, y en algunas zonas, casi todo el tiempo"

Los datos que ofrece el medio especializado son conocidos, como que el 89% de las familias vive en extrema pobreza, que el transporte público “prácticamente” ha desaparecido, que “millones de cubanos” dependen de las remesas o que una cuarta parte de la población ha abandonado la Isla, pero puestos todos negro sobre blanco, para un público internacional, impresionan. Particularmente elocuente son dos gráficos sobre migración incluidos en el artículo, con fuente en el demógrafo independiente Juan Carlos Albizu-Campos: junto a las cifras de los cubanos que salieron de su país figuran las de los que entraron en Estados Unidos, y son, año por año, inversamente proporcionales, como un espejo invertido.

El texto presta la principal atención a los datos económicos, incluidos el desplome del turismo, la elevada inflación, la devaluación del peso y que la producción sea la más baja en más de un siglo, que dan como resultado una contracción del 11% desde 2019, un número reconocido por el propio Gobierno.

Abunda en este desastre el último reporte de la Cepal, hecho público el pasado miércoles y comentado por el economista cubano residente en España Pedro Monreal: destaca que la Isla figura como “uno de los tres países sin crecimiento en el valor de las exportaciones proyectadas de bienes (peor que Haití aunque mejor que Venezuela)”. Para este experto, “la reducción del valor estimado de las exportaciones de bienes de Cuba en 2025 se explicaría por la pésima zafra azucarera y por la caída del precio del níquel”.

“Debido a la alta dependencia importadora de Cuba, la contracción de las importaciones debe de haber impactado negativamente en el crecimiento económico”

Monreal también subraya los resultados del primer semestre de 2025, los cuales indican la reducción simultánea de exportaciones e importaciones, el saldo negativo de la balanza del comercio de bienes (exportaciones-importaciones) y el hecho de que el Gobierno no informe de sus datos del comercio de servicios. Y asevera: “Debido a la alta dependencia importadora de Cuba, la contracción de las importaciones debe de haber impactado negativamente en el crecimiento económico”.

“El único rayo de esperanza es el auge de la iniciativa privada”, establece por su parte The Economist, que a continuación advierte de las trabas que encuentran los pequeños empresarios. “El Gobierno parece incapaz de decidir si simplemente tolerar la actividad privada o fomentarla”, observa el artículo. Los dueños de firmas privadas, prosiguen, “se sienten constantemente frustrados por la falta de claridad del Gobierno al interpretar la ley y su persistente desconfianza hacia la libre empresa”.

Al respecto, citan a una empresaria entrevistada, Marta Deus, que dirige una consultora fiscal y la empresa de reparto Mandao (con 200.000 usuarios): “Todo se hace con rodeos. No hay claridad. Nadie conoce las reglas. Esperamos un cambio. Pero parece que el Gobierno vive en otro mundo”.

La razón fundamental para las reticencias del régimen es el temor a que el sistema colapse si el sector privado se expande. “Ven a la empresa privada como un nido de gusanos que se infiltrará, desestabilizará el país y terminará expulsando al Partido de la ciudad”, dice otro de los entrevistados. Y un tercero: “Cuando vean el primer McDonald’s en la Plaza Vieja, sabrán que la Revolución ha terminado”.

El texto de The Economist, que lamenta que aún no sea visible “ningún Mijaíl Gorbachov” en el seno del régimen, como lo hubo en la Unión Soviética, y que la oposición sea “débil y fragmentada”, concluye con las palabras de un taxista: “Este sistema está tan mal que es irreparable. Lo único que se puede hacer es deshacerse de él y empezar de cero”.

El conglomerado militar es “el verdadero poder en Cuba ha llevado al país a la peor crisis financiera de su historia”

Es la misma conclusión a la que llega, con otras palabras y por otras vías, Emilio Morales en su más reciente informe para la organización Cuba Siglo 21, publicado el pasado miércoles. “La única forma de abortar esta crisis financiera que tiene prácticamente paralizado al país y ha sumido a la población en la extrema pobreza es eliminar el sistema de gobernanza que la ha creado”, escribe el consultor en su informe.

Para Morales, la culpa es del Grupo de Administración Empresarial (Gaesa). El conglomerado militar es “el verdadero poder en Cuba ha llevado al país a la peor crisis financiera de su historia”.

El especialista recuerda diversos datos como la escasez de dólares, la caída generalizada de la producción nacional y el aumento de la deuda externa, exponiéndolos alrededor de una idea: “El Gobierno que dirige Miguel Díaz-Canel en la práctica no tiene control de las finanzas del país. El Banco Central de Cuba, que es la institución que debería regir el manejo de las finanzas de la nación, está completamente subordinado y sometido a los intereses de Gaesa”. 

Una prueba de ello –que Morales no menciona–, sería el proceso llevado a cabo contra el ex ministro de Economía y mano derecha de Díaz-Canel, Alejandro Gil Fernández, acusado de espiar para la CIA y otros graves delitos de corrupción.

Como fuere, y vistas las nuevas medidas a las que está dando publicidad estos días, el régimen proseguirá en la vía equivocada. Aunque el oficialismo presume de que “el Programa de Gobierno está conformado por 10 objetivos generales, 106 objetivos específicos, 342 acciones y 264 indicadores y metas, todos estrechamente interrelacionados”, no ofrece, en realidad, ninguna novedad.

Para empezar, por la razón a la que atribuyen el desastre económico, al que se refieren como “los efectos de las agresiones permanentes derivadas del bloqueo económico y de insuficiencias internas”. De lo que se desprende del tonel de palabras expresadas por los funcionarios, seguirán con los controles a los privados – la “distorsión en las relaciones entre los actores económicos hoy frena el papel fundamental de la empresa estatal”, declaró Jorge Luis Broche Lorenzo, jefe del Departamento Económico Productivo del Comité Central del Partido Comunista (PCC)– y la campaña contra El Toque, al que acusan de estar al servicio de EE UU para devaluar la moneda nacional.

En cuanto a la crisis energética, lejos de proponer un enfoque innovador, vuelven a los “clásicos” del PCC. Palabra del mismo Broche Lorenzo: “Recordemos que Lenin fue claro en esto: el comunismo en aquellas condiciones se traducía como poder de los soviets más la electrificación del país. Si nuestro sistema eléctrico no se reactiva al nivel que demanda la gestión económica, costará trabajo avanzar en el proceso de construcción socialista”.

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