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La Habana denuncia “las brutales presiones” de EE UU para excluir a Cuba de la Cumbre de las Américas

Cumbre de las Américas

La cancillería deja entender que podría repetirse el boicot parcial que afectó la reunión de 2022 en Los Ángeles

La Cumbre se celebrará la primera semana de diciembre en Punta Cana. / Cancillería República Dominicana
14ymedio

01 de octubre 2025 - 05:29

Madrid/El Gobierno de Cuba ha definido en las últimas horas su estrategia tras una nueva exclusión de la Cumbre de las Américas y apela a la rebeldía contra EE UU. Consciente del pulso que varios Gobiernos regionales mantienen con la Administración de Donald Trump, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el propio Miguel Díaz-Canel acusan a Washington de imponer a República Dominicana la decisión de no invitar a la Isla, a Nicaragua y a Venezuela a la reunión que se celebrará en Punta Cana el 4 y el 5 de diciembre.

“Rechazamos la decisión impuesta por el Gobierno de EE UU a la República Dominicana de excluir a tres países, incluida Cuba, de la X Cumbre de las Américas. Reiteramos nuestra disposición al diálogo respetuoso y constructivo, en condiciones de igualdad soberana y sin exclusiones”, escribió el presidente cubano en su cuenta de X. 

El mandatario compartía, en un mensaje inmediatamente posterior, el comunicado de la Cancillería, mediante el que el Gobierno expresa “su profunda preocupación y rechazo a la decisión impuesta”, que “constituye una evidente claudicación ante las brutales presiones unilaterales del secretario de Estado estadounidense”, el cubanoamericano Marco Rubio, a quien no mencionan.

“Con la exclusión de varios países, se consolidaría la involución histórica en este sistema de cumbres y haría imposible un intercambio respetuoso y productivo de la América Latina y el Caribe con la potencia imperialista que vuelve a usar la ‘política de cañoneras’ y la Doctrina Monroe contra nuestra región”, subraya el texto, que en ese punto incide en la idea de que EE UU controla el continente.

"La potencia imperialista vuelve a usar la ‘política de cañoneras’ y la Doctrina Monroe contra nuestra región”, subraya el texto

En el texto subyace la idea de apelar al resto de países, especialmente a los más grandes, a alzarse contra ese supuesto dominio. “De persistir esta decisión, prevalecerá la subordinación y el sometimiento al vecino voraz y expansionista, que amenaza la paz, seguridad y estabilidad regionales en abierto desafío a la Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz y comunidad de Estados independientes y soberanos en ejercicio de la libre determinación, en unidad basada en la diversidad”, añade.

La Cancillería recuerda que, si se mantiene esta decisión, se ignoran “los avances logrados en anteriores Cumbres, en las que la participación de Cuba fue un hito”, aunque la excepción ha sido la presencia de la Isla. La Habana solo ha asistido dos veces a la cita, en las ediciones VII (Panamá) y VIII (Lima), ambas rodeadas de una fuerte polémica y con disputas entre partidarios y oponentes al régimen. A esta última, en cambio, no asistió Venezuela. Además, al cónclave más reciente, la IX, en Los Ángeles 2022, no se invitó tampoco a ninguno de los tres países, siendo la primera vez que Nicaragua estuvo ausente. 

La decisión, en esta ocasión del Gobierno de Joe Biden, que además era el organizador y anfitrión del evento, provocó la deserción de algunos líderes internacionales socios, la más relevante –por el peso de su país–, la del mexicano Andrés Manuel López Obrador. Tampoco estuvieron el boliviano Luis Arce y la hondureña Xiomara Castro, además de otros tres líderes (Guatemala, El Salvador y Uruguay) por motivos distintos. 

Entre quienes sí estuvieron, hubo críticas a las exclusiones por parte de una gran mayoría de mandatarios, incluyendo al canadiense Justin Trudeau, el argentino Alberto Fernández o el chileno Gabriel Boric, que, pese a ello, sí acudieron. Varios países, además, enviaron representantes y no a líderes o cancilleres para reflejar su malestar, recuerda el comunicado de este martes del Ministerio de Relaciones Exteriores. 

En esta ocasión, del lado de Cuba podrían estar de nuevo México y otros países muy relevantes para la región –además de varias islas del Caribe con las que tiene excelente relación–, como el Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva y la Colombia de Gustavo Petro. Ambos, en concreto, mantienen sus propios contenciosos con Washington y podrían ver en esto una oportunidad de marcar su perfil de resistencia frente a Trump, muy espoleados por la frase de Díaz-Canel que, aunque pronunciada en febrero, resaltó ayer la Cancillería ”el Gobierno de los Estados Unidos pretende definir las opciones para los países de la región, que son: o someternos o ser objeto de agresión”.

El texto también habla del fracaso al que está condenada la Cumbre si no hay un diálogo político de todos los actores, sin “censura y exclusión, inequidad y abuso”. “Reiteramos nuestra disposición al diálogo respetuoso y constructivo, en condiciones de igualdad soberana y sin exclusiones”.

“Reiteramos nuestra disposición al diálogo respetuoso y constructivo, en condiciones de igualdad soberana y sin exclusiones”

El documento acaba con una cita de la intervención de Raúl Castro en la Cumbre de Panamá en 2015 que sostiene que “las relaciones hemisféricas (...) han de cambiar profundamente, en particular en los ámbitos político, económico y cultural; para que, basadas en el Derecho Internacional y en el ejercicio de la autodeterminación y la igualdad soberana, se centren en el desarrollo de vínculos mutuamente provechosos y en la cooperación para servir a los intereses de todas nuestras naciones y a los objetivos que se proclaman”. No obstante, dice la Cancillería, “diez años después, las relaciones hemisféricas no han cambiado su esencia”.

República Dominicana anunció este martes que ha optado por no invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua a la cita para “priorizar el éxito del encuentro”, frente “al contexto actual de polarización política”. La Cancillería del país caribeño afirmó que nada ha cambiado en sus relaciones particulares con los tres excluidos y que la decisión se toma exclusivamente por un criterio multilateral. 

Además, reafirmó que, concretamente con Cuba “las relaciones son históricas, sólidas y excelentes. Los intercambios bilaterales en diversas áreas nunca se han interrumpido y han resultado mutuamente beneficiosos. Las diferencias políticas se han gestionado siempre con respeto recíproco”. 

El director general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Eugenio Martínez Enríquez, también expresó una airada opinión en X, donde destacó que, de acuerdo con las normas “la presidencia debe ejercerse (…) en función del interés de la mayoría de Estados que integran el mecanismo”. ¿Cómo es posible –clamó–, si se excluye a tres países, se ignora a más de veinte que se oponen a las exclusiones y son 35 países?(…) El mayor número posible es 35, no 32”, espetó.

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