Por cada trabajador de Sherritt en Bahamas, La Habana cobra casi 100.000 dólares canadienses al año
Cuba
- El encargado del personal cubano en Nassau era un hermano del viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío
- Archivo Cuba revela que los más de 1.500 empleados de las minas de Moa reciben solo el 20%, y en pesos, de los salarios que el gigante del níquel paga en divisas por ellos
La Habana/Pocas semanas después de publicar un informe sobre la explotación de los trabajadores cubanos que la empresa minera Sherritt mantiene en Canadá, Archivo Cuba difunde, este miércoles, un nuevo reporte que incluye evidencias de que en Bahamas ocurre algo similar. El foco está puesto en la empresa New Providence Metal Marketing (NPMM), una filial de la multinacional que opera en Nassau con empleados cubanos.
Según Archivo Cuba, la complicidad de NPMM con La Habana es innegable: el régimen se apropia del 95% del salario de los cubanos al servicio de la canadiense.
Aunque la organización no pudo confirmar la información por otra vía, considera creíbles los documentos y el testimonio de un trabajador cubano que estuvo contratado en Bahamas durante tres años a partir de 2017. La historia revela una situación idéntica a la que viven otros profesionales cubanos de “misión” a quienes se les retiene gran parte de los salarios, están sometidos a un control político-ideológico a través de reuniones frecuentes con la Seguridad del Estado, tienen limitación de movimiento, “secuestros” de pasaportes y la prohibición de interactuar con los bahamenses.
NPMM se creó en 2016 para comercializar los productos refinados de níquel y cobalto producidos por la empresa mixta de Sherritt y Cuba en Fort Saskatchewan, Alberta (Canadá), y a la vez evitar las sanciones estadounidenses por el embargo a la Isla. A cargo de todos los empleados cubanos en Bahamas estaba Julio Fernández de Cossío, hermano de Carlos, viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba.
Según el trabajador entrevistado, el reclutamiento lo llevó a cabo la empresa Cubaníquel atendiendo no solo a su trayectoria profesional, sino también a su lealtad política. “La mayoría de los seleccionados para estas misiones son miembros del Partido Comunista de Cuba”, resalta Archivo Cuba. En 2017 fue asignado a Nassau para trabajar con NPMM y desde el inicio quedó claro que su situación laboral estaba lejos de ser normal.
Tras el contrato debió abrir una cuenta en el Banco Financiero Internacional de Cuba para hacer las transferencias de su salario
Tras el contrato debió abrir una cuenta en el Banco Financiero Internacional (BFI) de Cuba para hacer las transferencias de su salario y firmar, sin conocer las condiciones, un documento en el que solo le permitían ver el espacio para rubricar su nombre. “De no aceptar, se cancelaba su misión en Bahamas”, agrega la organización.
Según explica, “NPMM pagaba a este trabajador en dólares canadienses directamente en su cuenta bancaria en RBC (Royal Bank of Canada) en Nassau. Desde esa cuenta, debía transferir alrededor del 95% de sus ingresos netos anuales a una cuenta en Cuba a su nombre en el Banco Financiero Internacional, en la cual solo podía depositar fondos”.
Archivo Cuba asegura que los cubanos nunca veían su salario bruto (sin deducciones) y que a su cuenta bancaria llegaban cada mes unos 8.500 dólares canadienses (6.100 USD al mes) tras las retenciones fiscales y pago al Gobierno de Bahamas, montos que nunca les fueron revelados.
“Solo recibían un comprobante de pago con el salario neto sujeto a la transferencia obligatoria después de descontarse alquiler, servicios, gasolina y agua potable (cuyos recibos debían presentar). NPMM les proporcionaba seguro médico y dental y un teléfono móvil, cuyos cargos tampoco veían. Por el costo de un auto arrendado, requerido por seguridad ante el alto nivel de criminalidad en Nassau, les descontaban 880 dólares canadienses mensuales”, detalla la organización.
Al final, y tras enviar al BFI el monto calculado por la empresa, los empleados se quedaban con apenas 500 dólares, un 5,3% del salario neto. Quienes además eran miembros del Partido Comunista debían entregar el equivalente a 32 dólares estadounidenses al mes a la Embajada cubana en Nassau. También se les aplicaba una retención adicional de 150 dólares canadienses que iba a una cuenta cubana a su nombre en el desaparecido CUC. En total, podían disponer libremente de apenas 350 dólares canadienses al mes, unos 262 dólares estadounidenses que, según Archivo Cuba, apenas alcanzaban para lidiar con el “alto costo de vida” en Bahamas.
La organización hace las cuentas, que prueban que el monto que percibían los trabajadores era abusivo: “500 dólares canadienses al mes equivalían a un salario de 2,91 por hora, por una semana laboral de 40 horas. Si trabajaban 50 horas, lo cual no era inusual, el salario era de 2,33 dólares canadienses por hora”, detalla el informe.
Cuando viajaban a Cuba, unas “vacaciones” obligatorias que les exigía La Habana, la situación era incluso peor: debían transferir el 100% de su salario y a cambio se les depositaba en la Isla 584 pesos cubanos, equivalentes entonces a apenas 23 dólares. “Así, por ese mes de ‘vacaciones pagadas’ recibía el equivalente a 0,13 dólares estadounidenses por hora (calculado a 40 horas semanales)”, resume el documento.
Al año, el Gobierno cubano se quedaba con aproximadamente 96.497 dólares canadienses por cada trabajador. Mientras tanto, los ejecutivos de Sherritt, incluyendo a Tina Litzinger, quien fue directora ejecutiva de NPMM, sabían de la situación, asegura Archivo Cuba. “Cuando Tina Litzinger ocupó el cargo, sabía que los empleados cubanos eran obligados a transferir la mayoría de sus salarios al Gobierno cubano, quedándoles apenas para subsistir”, afirma el informe. Su sucesor, Robert Ellenwood, ha mantenido la práctica, asevera.
Como consecuencia, al menos tres trabajadores, incluyendo al entrevistado, 'desertaron' de la misión durante viajes a Canadá
Como consecuencia, al menos tres trabajadores –comprobó la organización–, incluyendo al entrevistado, desertaron de la misión durante viajes a Canadá con visado para visitar las instalaciones de Sherritt en ese país. De hacerlo en Bahamas, asegura el informe, hubiesen sido deportados gracias al acuerdo entre Nassau y La Habana.
Ya en Canadá, varios cubanos entregaron pruebas de la explotación laboral en sus solicitudes de asilo. El trabajador citado fue uno de ellos: “No es creíble que los dueños y ejecutivos de Sherritt International –e incluso los sindicatos laborales canadienses– ignoren el robo sistemático del salario sufrido por muchos cubanos que a lo largo de los años han abandonado las empresas conjuntas en Alberta o Nassau”, escribió, y añadió que “Sherritt International ha aceptado la imposición del socio cubano de no contratar a ningún cubano que abandone la misión o permanezca en Canadá al finalizarla –incluyendo ingenieros, contadores o compradores/vendedores calificados. Considero que esto es discriminación laboral basada en estatus migratorio y una flagrante violación de las leyes laborales canadienses”.
Asimismo, subraya que la empresa canadiense es cómplice no solo de la confiscación salarial, sino también de otras prácticas perjudiciales: “Entre 2014 y 2016, tras protestas de empleados y su sindicato en Canadá por los impactos ambientales y de salud de la refinería en Fort Saskatchewan, un dañino proceso de refinación fue trasladado a Cuba”.
También denunció que Cuba percibe los salarios que Sherritt paga a los más de 1.500 empleados de sus minas en Moa en dólares canadienses, aunque ese monto llega primero a manos del Gobierno, que confisca la mayor parte y entrega los sueldos en pesos. “Tras la unificación monetaria iniciada en 2021, se informó que las empresas mixtas pagarían al tipo de cambio oficial del Banco de Cuba. Sin embargo, los trabajadores se quejan de que solo reciben el 20% de lo que deberían cobrar”, alega el empleado.
Archivo Cuba añade que lo narrado por el ex empleado de Sherritt no es un caso aislado. Por el contrario, “indica que los trabajadores cubanos destinados a las empresas conjuntas Canadá-Cuba son sometidos al mismo patrón de trata de personas que caracteriza las ‘misiones internacionalistas’ de Cuba en el mundo”.
La organización recordó que lleva años denunciando estas prácticas, que violan el Protocolo de la ONU contra la Trata de Personas
La organización recordó que lleva años denunciando estas prácticas, que violan el Protocolo de la ONU contra la Trata de Personas, múltiples convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y otros acuerdos internacionales ratificados por Canadá y Bahamas. Su más reciente informe da cuenta de que los trabajadores enviados a la refinería de Sherritt International en Fort Saskatchewan reciben salarios de nivel canadiense pero se ven obligados a entregar hasta el 84% de sus ingresos a la cuenta de una empresa estatal de la Isla.
En cuanto a Bahamas, Estados Unidos ya llamó la atención a las autoridades del archipiélago por las condiciones bajo las que se contrata a los profesionales cubanos. En el caso específico de los médicos, Washington amenazó con aplicar sanciones si no cancelaba los acuerdos con La Habana y contrataba directamente a los sanitarios. Bahamas accedió y, el pasado agosto aclaró que tomaría medidas similares con los maestros cubanos que todavía tiene contratados.