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¡Se acabó el sueño!

El equipo cubano de fútbol Sub 17 (Foto: El Blog del fútbol cubano)
Mario Lara/El Blog del fútbol cubano

10 de marzo 2015 - 01:18

De todas las eliminaciones que me ha tocado vivir, en cuanto a selecciones cubanas de fútbol se refiere, la de la selección Sub 17 en el premundial de la Confederación Norte Centroamericana y del Caribe (CONCACAF), para mí –y lo digo sin que me quede nada por dentro– ha sido la más dolorosa.

Todos aquellos que tuvieron el privilegio, y nunca mejor dicho, el privilegio de ver jugar a esta selección, deben coincidir conmigo que el plantel dirigido por Jiqui Salazar, mereció mucho más que esta temprana eliminación.

Fue esta una selección luchadora, que nunca bajó los brazos, que siempre intentó hacer fútbol de tocar, de jugar, mirando a los ojos del rival, aun en los más adversos de los marcadores. Como ocurriera en el debut inicial frente a los Estados Unidos. Partido extraño, que no tuvo nada que ver con nuestra selección cubana y en el que tal vez el abrir contra el gran favorito y recibir un gol inicial, terminó derrumbando a nuestros inexpertos muchachos frente a un conjunto con más recorrido y con mucho más oficio.

Pero esta fue solo la excepción y no la regla, pues ante Honduras y Jamaica los cubanitos demostraron del verdadero material del que estaban hechos y arrancaron empates en donde los especialistas auguraban derrotas. Empates por demás merecidos y que supieron a poco, por lo visto sobre la cancha. Pero de merecimientos no se vive en el fútbol y Cuba llevó en su pecado la penitencia y la falta de contundencia ofensiva que la condenó a esos empates y que terminó cerrándoles la puerta a sus sueños mundialistas.

Tras la victoria jamaiquina, a primera hora la tropa cubana sabía que tenía que ganar, no quedaba de otra si querían llegar a la última fecha con posibilidades de pasar a la siguiente fase y con un once similar al empleado en las presentaciones anteriores. Sin embargo, en el que sobresalió la falta del cienfueguero Neisser Sandó, un verdadero guerrero de la media cancha saltó el equipo que hoy vistió de blanco y negro.

Cuba dominó, controló al rival pero no fue punzante. Nunca su arco estuvo en peligro, pero tan poco fue claro al frente y el gol parecía cosa lejana a pesar del buen juego y la disciplina que mostraban sobre el terreno.

Sensación que no mejoró en los primeros compases de la segunda mitad en la que incluso Guatemala lucía mejor apoyada en la imprecisión de los cubanitos, que parecieron cambiar el libreto y buscar los pases largos. La mejoría chapina culminó con el primer disparo directo a puerta de los centroamericanos, el que llegó desde afuera del área y se fue por encima del larguero.

Con el partido acabándose y las posibilidades de clasificación esfumándose el partido se abrió y ambos equipos llegaron sobre la puerta rival. Cuba se mostró como la más peligrosa y así casi consigue el gol del triunfo, primero en un contragolpe conducido por Raycharles que culminó con centro a tres dedos del pequeñin cienfueguero y que no pudo ser bien conectado correctamente por su compañero, totalmente de frente al marco. En el minuto final otra oportunidad perdida con un disparo de Borromeo que, lento buscaba el fondo de las redes, pero que alcanzó a ser controlado por el meta chapín embuchacando los sueños cubanos y ahogándonos el grito de gol.

Cuba mostró que tiene jugadores talentosos, que hay futuro y que se necesita trabajar

No, no se pudo; se pudo, sí... pero no se pudo. Hoy no seguimos allí, nuestros muchachos no están, porque a pesar del esfuerzo, la dedicación y el corazón que jugaron no pudieron alcanzar lo que vinieron a buscar. Contento no, pero orgulloso, sí. Porque quien se sienta cubano, quien por sus venas sienta el correr de esta sangre que es la cubana, tiene que sentirse orgulloso y agradecido del papel que han realizado estos muchachos y su cuerpo técnico, porque llegaron aquí como Cenicientas, preparados con las uñas, con escasez de todo tipo, con grandes sacrificios y se van demostrando que al menos en esta categoría, esas diferencias de las que se hablan, no existen. Además dejan un buen sabor por el fútbol que desplegaron.

Cuba mostró que tiene jugadores talentosos, que hay futuro y que se necesita trabajar. Nuestro equipo enseñó a un Borromeo seguro y de gran personalidad en la zaga; un Puga de gran talento y manejo del balón; un Neisser trabajador, sacrificado, capaz de defender o mostrarse al ataque; pero sobre todo mostró a un Raycharles inmenso, luchador incansable, capaz de mostrarse en ambas áreas, de atacar, de sacrificarse por el equipo y bajar a hacer las coberturas, ser dueño de una gran técnica con el balón y una pegada a balón parado, una pegada… que ya los hondureños pueden dar fe de ella.

Mostró Cuba además un cuerpo técnico capaz de sacarle el máximo a sus muchachos, de no ser mediocre y conformista como habíamos visto tanto en la versión de mayores al estilo de la Sub 20, que trabajó casi sin nada, con ripios y entregó pepitas doradas. Así que un aplauso hoy para nuestros muchachos y su cuerpo técnico, que nos hizo vibrar al borde de la silla y soñar, si soñar con otro mundial.

Gracias muchachos, ahora a terminar como campeones y regresar a casa con la cabeza bien alta.

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