La CNB suspende a Eriel Sánchez y Miguel Rojas por cinco y tres años, respectivamente
Béisbol
Sánchez deja la dirección para siempre, aunque recurrirá la sanción, mientras que Rojas también lo hará por considerarla injusta como agredido
Madrid/Ya hay una tercera versión sobre lo ocurrido el pasado sábado entre el mánager del equipo espirituano, Eriel Sánchez, y el comisario técnico y gloria deportiva del béisbol Miguel Rojas Rodríguez. Ambos han sido sancionados a cinco y tres años de suspensión, respectivamente, y la Comisión Nacional de Béisbol (CNB) lo justifica con su propio relato de los hechos.
Según la nota enviada para comunicar las medidas disciplinarias adoptadas por la disputa que acabó con Rojas hospitalizado tras recibir un golpe con un bate, los hechos ocurrieron de una forma distinta a la que circuló el primer día, pero también difieren de lo relatado este martes por Eriel Sánchez a la prensa espirituana.
La CNB afirma que el incidente, ocurrido en el estadio José Antonio Huelga cuando el equipo local de los Gallos se enfrentaba al de Isla de la Juventud, “tuvo su origen en la reclamación de la dirección del equipo de Sancti Spíritus ante la inconformidad con una jugada”.
La CNB afirma que el incidente “tuvo su origen en la reclamación de la dirección del equipo de Sancti Spíritus ante la inconformidad con una jugada”
“Concluido el encuentro, Sánchez se dirigió a la mesa técnica, para cuestionar, de manera descompuesta, la referida decisión, lo que provocó intercambio de ofensas con Rojas. Pese a la indicación de no sostener otro acercamiento durante esa jornada, emitida por las autoridades deportivas de la provincia, Rojas hizo lo contrario”, relata la nota.
Siguiendo con esta versión, Rojas “fue al encuentro de Sánchez, desafiándolo, y en medio del altercado este lo golpeó con un objeto de madera (no un bate, como se ha asegurado), provocándole una herida en la cabeza que demandó atención médica”. Con el argumento de que ambos actuaron de manera irresponsable, que se pudo evitar el encontronazo y que los hechos están en contra de “las esencias y los valores del Sistema Deportivo Cubano”, ambos reciben una sanción prevista para las indisciplinas calificadas como muy graves por el reglamento.
Tras conocer la decisión, se ha sabido que ambos la recurrirán. Rojas, particularmente, está molesto porque considera injusto que se le imponga tal medida siendo el agredido.
Eriel Sánchez, por su parte, había anunciado que no volvería a dirigir, ni siquiera pasados los cinco años. "Me siento tan apenado y avergonzado que, aun en el caso de que no se me sancione, no dirijo más. Estoy renunciando y no por cobardía, porque no soy de las personas que renuncian al trabajo y a otras cosas, pero sí renuncio a que yo mañana termine perdiendo una reputación que mucho trabajo me costó. Y estoy asumiendo algo que no me toca. No soy esa persona de la que hablan en las redes. Y por eso renuncio. Porque los poquitos a los que todavía les queda algo de mi reputación quisiera que la conserven", dijo.
El pasado domingo, un día después de los hechos, ninguna versión conocida indicaba que Rojas fuera a recibir una penalización tan grande después de sufrir el golpe. Hasta ese momento, constaba que ambos discutieron por una decisión arbitral que Sánchez cuestionó y, tras un intercambio de ofensas, el mánager espirituano agredió al comisario, que recibió cinco puntos de sutura y tuvo que estar en observación hasta quedar garantizada la ausencia de secuelas neurológicas.
El periodista deportivo de la Agencia Cubana de Noticias, Boris Luis Cabrera, escribió un post en su cuenta de Facebook en el que calificó lo sucedido de “inaceptable” y exigió que la agresión no quedara “impune ni relativizada como un simple altercado”. Un director que recurre a la violencia, y peor aún, utilizando un objeto contundente, traiciona el espíritu del juego y envía un mensaje devastador a los atletas, a los aficionados y a las nuevas generaciones”, señaló.
El redactor reculó ligeramente este martes, publicada la entrevista de Escambray a Sánchez, en la que este alegó que el golpe se produjo con un “palito” y no con un bate, además de ser una reacción ante una amenaza de Rojas. Según su versión, la disputa se produjo cuando le recriminó al comisario que estuviera más pendiente de otras cosas –en referencia a la comida– que del juego, generándose una disputa con malas palabras por ambas partes.
Casi 40 minutos después, y tras una llamada a la calma de la directora del Inder, Rojas se presentó en el despacho de Sánchez con intención de enfrentarlo físicamente, afirma
Casi 40 minutos después, y tras una llamada a la calma de la directora del Inder, Rojas se presentó en el despacho de Sánchez con intención de enfrentarlo físicamente, afirma. “Cuando veo que tiene un objeto en la mano, por defensa, cojo un palito que hay arriba de la mesa, que es de los lanzadores para hacer ejercicios de estiramiento, y ese palo lo tiro por arriba y le doy en la mano, parece que la punta de la otra parte del palo le da en la cabeza”, relató.
Así, Boris Luis Cabrera suavizó su postura anterior y afirmó nuevamente en Facebook que “siempre existirán varias versiones de los hechos, matices y explicaciones que corresponderá aclarar a las instancias encargadas de investigar”, aunque quedaba claro por quién se decantaba en el diferendo. “No hay victoria que valga si se mancha con la intolerancia; no hay derrota que excuse el irrespeto”, dijo.
Este miércoles, Granmapublica un artículo sobre este asunto, esta vez firmado por su subdirector, el premio nacional de periodismo deportivo Oscar Sánchez Serra en el que reivindica, desde el título que Ni el deporte ni la pelota tienen que ver con la guapería, mucho menos con la violencia. El texto sostiene que si se quieren evitar situaciones como esta se debe ser radical. “Si lo dejamos pasar, si no se actúa con todo el peso del orden, haciendo respetar lo normado, mañana estaríamos dando un pésame”, dice, antes de recordar el apuñalamiento sufrido en 1993 por la tenista serbia Steffi Graff.
“Lo del sábado es consecuencia de la falta de rigor. En el estadio viven Cuba y su pueblo, porque amamos el béisbol, entonces no puede admitirse que niños y jóvenes vayan a honrar a sus ídolos, y veamos a estos como si fueran bárbaros o delincuentes comunes”, subraya. “La virilidad, la combatividad, nada tienen que ver con estas repugnantes y vergonzosas escenas de violencia”.