Llega a Madrid el preso político cubano Luis Robles, “el joven de la pancarta”
Cuba
Acompañan al opositor su madre, Yindra Elizastigui, y su hijo, de siete años
Madrid/Luis Robles Elizastigui, el “joven de la pancarta”, llegó este lunes a Madrid procedente de Cuba, junto a su madre, Yindra Elizastigui, y su hijo de siete años. Emocionados y cansados, no quisieron realizar ninguna declaración a su llegada al Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid, de la que fue testigo 14ymedio.
El habanero, de 32 años, considerado preso de conciencia por Amnistía Internacional, fue uno de los excarcelados en enero pasado durante las liberaciones masivas de prisioneros como parte de un acuerdo con el Gobierno de Joe Biden. En ese momento, aún no terminaba de cumplir arresto domiciliario –lo haría el pasado junio– como parte de su condena a cinco años de prisión por sostener un cartel que pedía la libertad del rapero Denis Solís en el céntrico bulevar de San Rafael de La Habana el 4 de diciembre de 2020.
Detenido aquel mismo día, las imágenes de su manifestación solitaria, difundidas en redes sociales, quedaron inmortalizadas, dos meses después, en el videoclip de Patria y Vida. Fueron, a la vez, la única prueba incriminatoria que presentó la Fiscalía en el juicio, celebrado casi un año después en Marianao, en el que fue procesado por resistencia y propaganda enemiga, pese a que en el video se observaba que no forcejeó con los agentes que lo detuvieron ni había alusión a enemigo alguno en su cartel, y que los transeúntes que lo rodeaban intentaron defenderlo de la Policía.
La pancarta rezaba “Libertad, no más represión, #FreeDenis”, en alusión al rapero Denis Solís, condenado entonces a ocho meses de cárcel en un juicio sumario y que acabaría desterrado vía Serbia.
Los tres jueces y la fiscal que participaron en él fueron sancionados el pasado mayo por Estados Unidos por su “papel crucial” en la detención arbitraria
Según la sentencia, a la que tuvo acceso 14ymedio, en el juicio quedó “probado” que Robles “respondió a una convocatoria” del influencer cubano “Alexander Otaola de pronunciarse” en contra de la detención de Solís, “de las autoridades policiales, de los dirigentes del Estado y el Gobierno”, y de “realizar cualquier acto dirigido a desestabilizar el orden interno, manifestarse públicamente en las calles contra el sistema económico y social cubano”.
La frase que se leía en el cartel que portaba Robles “se oponía a las decisiones de las autoridades” que determinaron el arresto de Solís, justifica el Tribunal Provincial de La Habana, donde fue procesado judicialmente el activista.
La sentencia fue fechada el 28 de marzo de 2022, casi cuatro meses después del juicio, y los tres jueces y la fiscal que participaron en él fueron sancionados el pasado mayo por Estados Unidos por su “papel crucial” en la detención arbitraria de Robles, una acción que Washington consideró una “grave violación de los derechos humanos”.
Desde entonces, los cuatro funcionarios –Gladys María Padrón Canals, María Elena Fornari Conde, Juan Sosa Orama y Yanaisa Matos Legrá– y sus familias tienen prohibida la entrada al territorio estadounidense.
Mientras estuvo encarcelado en la prisión de máxima seguridad Combinado del Este, el régimen se ensañó con la familia de Robles y llegó a detener a uno de sus hermanos, Lester Fernández, mientras construía una embarcación, al que impusieron una multa de 7.000 pesos acusándolo de “salida ilegal del país”, aunque no había ninguna prueba de ello, tal y como denunció su madre en aquel momento, a principios de 2023.
Yindra Elizastigui, por su parte, ha sido una de las madres más combativas por la causa de los presos políticos, no solamente su hijo. A lo largo de sus años en prisión, nunca se cansó de denunciar los malos tratos que recibía Robles en la cárcel. “Debemos seguir defendiendo a los inocentes, porque nuestros hijos y nuestros familiares son inocentes. Lo que ellos hicieron lo hicieron por un derecho que tenemos todos los seres humanos”, declaraba en una transmisión directa en mayo del año pasado, cuando le denegaron a su hijo, una vez más, la libertad condicional a la que tenía derecho.
Graduado en Informática, se empezó a saber más de Luis Robles gracias a su hermano, Landy Fernández Elizastigui, que se convirtió en uno de los canales de comunicación del "joven de la pancarta" con el exterior. En una entrevista concedida a 14ymedio, Fernández contó que su hermano siempre “ha pensado diferente respecto al régimen”.
En efecto, tres días antes de salir a la calle a manifestarse pacíficamente, Robles grabó un video que se publicó mucho después y donde habló de sus pensamientos, deseos y también de las razones que lo llevaron a ser contestatario.
"Deseamos de corazón un cambio, un cambio de sistema, un cambio de país, porque realmente el comunismo ha convertido a este país en un verdadero infierno"
“Deseamos de corazón un cambio, un cambio de sistema, un cambio de país, porque realmente el comunismo ha convertido a este país en un verdadero infierno, en un infierno donde prácticamente es imposible respirar, no solamente respirar aire, si no respirar paz, respirar tranquilidad”, afirmaba en el material.
En otro momento, decía que “la libertad es lo más grande que uno puede tener en la vida y estos descarados comunistas desde que llegaron nos han cortado todo tipo de libertades, libertades a una libre religión, libertades a una libre ideología, libertades a tú elegir a quién te dé la gana, no al que te impongan”. Y continuaba: “Nos han quitado hasta la libertad de pensar, quieren mandar hasta en lo que pensamos”.
En marzo de 2022, el joven de 29 años hizo pública una carta en la que reiteraba su lucha y su objetivo: “libertad para el pueblo de Cuba”. En la misiva, Robles volvía a las razones que lo llevaron a realizar la protesta pacífica que llevó a la cárcel.
“Decidí romper el silencio porque me cansé de ver cómo mi país se destruye y el Gobierno no hace nada por arreglarlo”, explicaba, “porque pienso que el mayor enemigo que tiene Cuba no está afuera sino sentado en la silla presidencial”.