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Venado come León

Mazatlán venció en su debut al equipo local y gran favorito para ganar el torneo. (Venados de Mazatlan)
Ernesto Santana

02 de febrero 2016 - 15:47

La Habana/Los dos partidos de la primera jornada de la Serie del Caribe 2016 fueron duelos de lanzadores con finales muy cerrados. El que se realizó después de la ceremonia de inauguración oficial, por la noche, resultó en triunfo tres carreras por dos de los Venados de Mazatlán (México) sobre los Leones del Escogido (República Dominicana), que ganaron cuatro de estas series.

El abridor mexicano fue Héctor Daniel Rodríguez, uno de los 14 serpentineros con los que cuenta el mentor Juan José Pacho, que luego sería apoyado por eficientes relevistas como Terance Marín, que salió a lanzar en el sexto inning y lo cerró propinando dos ponches.

Aunque fue un juego lento, sobre todo en su primera mitad, no dejó de ser un buen partido, porque los Leones, pese a no mostrar una ofensiva oportuna, exhibieron un brillante staff de pitcheo que no permitió a los Venados más ventaja que la mínima y mantuvieron entusiasmado a su público hasta el último minuto.

Todo estaba decidido a favor de los visitantes desde el cuarto capítulo, a partir del cual ninguno de los dos equipos pudo fabricar otra anotación. Los relevistas dominicanos no permitieron hit a ninguno de los 14 bateadores a los que se enfrentaron. En el octavo, Wirfin Obispo se impuso con sus tiros de 90 millas. En el noveno, Fernando Rodney, veterano de 38 años con 236 juegos salvados en Grandes Ligas, dio el 1-2-3.

Los Leones, pese a no mostrar una ofensiva oportuna, exhibieron un brillante staff de pitcheo

Antes, en la cita vespertina, los venezolanos Tigres de Aragua habían vencido, también muy apretadamente y en ardua lid de pitcheo, dos carreras por una a los Cangrejeros de Santurce, triunfadores en cinco Series del Caribe.

Si bien los boricuas comenzaron anotando una carrera, la única ya, en el quinto inning los duros sudamericanos habían fabricado dos, también sus únicas. El lanzador Freddy García, abridor por los Tigres, y los posteriores relevistas maniataron sin compasión a los de Santurce, ejemplo de que la liga puertorriqueña de béisbol no se halla en su mejor momento.

Ese tampoco fue un mal juego para el escaso público que acudió al hermoso y amplio Estadio Quisqueya, un terreno que mide 102 metros por las bandas y 125 por el centro y donde caben casi 15.000 personas, sede de los Leones del Escogido y de los Tigres del Licey y donde se celebrarán todos los partidos.

Los Tigres avileños, que jugarán este martes a las 2.30 p.m., han gozado de la ventaja de descansar el primer día y observar en acción a sus cuatro rivales antes de que ellos puedan hacerlo. Ya veremos el resultado cuando el abridor Eric Gamboa de los Venados de Mazatlán comience a lanzar. Este miércoles, a las 6:30 p.m., los cubanos irán contra los Cangrejeros de Santurce. El jueves se medirán con sus tocayos de Aragua y el viernes con los otros felinos del Escogido.

Al ser una serie corta, intensa y de buen nivel, cualquier cosa puede ocurrir, pero ojalá que el domingo, cuando se efectúe el esperado derbi de jonrones en el que Cuba participará, no tengamos que escuchar análisis y lamentos haciendo la autopsia de otro desastre del béisbol cubano que, como siempre, debe cambiar pero no cambia, sino que, por lo menos, los hombres de Roger Machado puedan enorgullecerse de haber hecho un papel decente y de haber jugado con ganas.

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