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El cadáver momificado de un balsero, testigo del drama migratorio

Mario J. Pentón

19 de enero 2017 - 10:14

Miami/Una estampa de la Virgen de Regla, los carnés de identidad de dos hermanos y un cadáver momificado de un cubano amarrado junto a los restos de una balsa es la única pista que quedó de los seis hombres que escaparon de la isla de la Juventud hacia Centroamérica este verano buscando llegar a Estados Unidos.

Desaparecidos durante seis meses, el hallazgo de los restos de un hombre en las playas de Corpus Christi en otoño pasado conmocionó a sus familiares, la mayoría humildes pescadores de la isla de la Juventud.

A principios de octubre un barco camaronero de Port Aransas informó a la Guardia Costera de EE UU que había encontrado una balsa con un cuerpo, según reportó Entravisión, un canal de televisión local.

Las autoridades intentaron ponerse en contacto con la familia Pupo Pupo en Cuba para realizar el cotejo de muestras, pero la embajada cubana en Washington no facilitó la comunicación

Las autoridades pudieron confirmar que se trataba de un varón en estado avanzado de descomposición. En los bolsillos de la víctima hallaron los carnés de identidad de Juan Antonio Pupo Pupo y Amauris Pupo Pupo, junto a una estampa de la Virgen de Regla.

Heraldo Peña, investigador forense del Condado de Nueces, explicó vía telefónica a este diario que, debido al estado del cadáver, no fue posible identificar a la víctima, pero se guardaron muestras de ADN para cotejarlas con los familiares que pudieran manifestarse más adelante.

"Pudimos ver que se trataba de un hombre y determinamos que falleció por la falta de comida y agua", aseguró Peña, quien además añadió que por el efecto del salitre los restos se encontraban momificados.

"No fue posible concluir si el cadáver corresponde a alguna de las identificaciones que portaba", dice.

Un funcionario relacionado con el caso, que no quiso ser identificado, dijo que desde que se conocieron las primeras pistas sobre el posible origen cubano del fallecido, las autoridades intentaron ponerse en contacto con la familia Pupo Pupo en Cuba para realizar el cotejo de muestras, pero la embajada cubana en Washington no facilitó la comunicación.

"No está permitido hablar del papel del Consulado cubano en la investigación porque ahora queremos tener mejores relaciones con Cuba", dijo el oficial, quien agregó que se hizo todo lo posible antes de darle sepultura al cuerpo en un cementerio para indigentes.

"No está permitido hablar del papel del Consulado cubano en la investigación porque ahora queremos tener mejores relaciones con Cuba"

Esta versión no coincide con las declaraciones de Hugo Vega, oficial encargado de la Iniciativa del Migrante Extraviado de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.

Vega sostiene que la sección consular cubana prometió hacer llegar huellas dactilares e información que posibilite la identificación del presunto cubano.

"Tratamos de lograr que los migrantes fallecidos puedan ser identificados por sus familiares", dice el oficial desde el estado de Texas. Desde que conoció el caso, el agente de la Patrulla Fronteriza contactó con Noyri Muñoz, hermana de uno de los balseros que reside en España.

14ymedio se comunicó con la oficina de prensa de la Embajada cubana en Washington vía email con el objetivo de corroborar esta información pero no recibió respuesta.

Los carnés de identidad que portaba el cuerpo encontrado al sur de Corpus Christi corresponden a dos hermanos de la familia Pupo Pupo, quienes, junto a otros cuatro balseros están desaparecidos desde julio pasado.

El grupo, compuesto inicialmente por 13 hombres, salió de la isla de la Juventud en una embarcación precaria para intentar llegar a México o Centroamérica y desde allí continuar su trayectoria hacia Estados Unidos.

Tras unos 15 días de navegación y la rotura del motor, decidieron separarse. La embarcación estaba fabricada con tablas y neumáticos de camiones, por lo que según el testimonio de Guillermo Ramírez, el único sobreviviente de la travesía que se encuentra en Estados Unidos, se dividieron con el objetivo de ser hallados más fácilmente.

Según Ramírez, al menos cuatro embarcaciones pasaron de largo y no los auxiliaron

Ramírez, al igual que el resto de los sobrevivientes que fueron repatriados a Cuba desde México, no quiere responder a las preguntas de la prensa. El único testimonio sobre lo sucedido lo dio en México a un familiar este verano.

Un grupo de siete hombres se mantuvo en la mitad de la embarcación y otros seis se enrumbaron hacia la otra parte para aumentar las posibilidades de que un barco los encontrara.

Según Ramírez, al menos cuatro embarcaciones pasaron de largo y no los auxiliaron. El grupo de siete navegantes a la deriva fueron rescatados por el buque abastecedor MV Fugro Vasilis, a 130 millas de Arrecife Alacranes, al norte de la península de Yucatán. De los otros seis nada se sabe por el momento.

Los nombres de los desaparecidos son José Armando Muñoz López, Luis Velásquez Osorio, Rafael Rives Rives, Yoendry Rives del Campo, Amauri Pupo Pupo y Juan Antonio Pupo Pupo.

"De mi esposo no sabemos nada", dijo vía telefónica desde la isla de la Juventud la esposa de Amauris Pupo Pupo. "Ya todos lo damos por muerto, es mejor no continuar con esta tragedia", agrega.

Según declaraciones de la mujer, no han recibido ninguna comunicación oficial sobre el hallazgo del cadáver, pero a través de otros familiares se mantuvieron informados del caso.

"La madre de ellos es la que más ha sufrido con todo esto. Va a terminar en un hospital con tanto sufrimiento", agrega.

"De mi esposo no sabemos nada", dijo la esposa de Amauris Pupo Pupo. "Ya todos lo damos por muerto, es mejor no continuar con esta tragedia"

Para Noyri Muñoz, hermana de José Armando Muñoz López, la esperanza es lo último que se pierde.

"He traído a mi sobrino a vivir conmigo a España. Él no tenía la posibilidad de ver en Cuba los videos sobre los balseros y el drama migratorio, y cada vez que lo hace ahora se pone muy mal", dice Muñoz de 48 años.

La madre de Muñoz permanece en la isla de la Juventud junto a su cuñada.

"Al menos me queda el consuelo de que esté donde esté mi hermano estará contento de ver que su hijo pudo salir de Cuba, que fue el motivo por el cual él se lanzó a la mar: para que tuviera libertad y prosperidad", dice.

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Este artículo forma parte de un convenio entre 14ymedio y El Nuevo Herald.

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