HRW pide a países africanos rechazar los acuerdos de expulsión con Estados Unidos
Migración
Varios migrantes cubanos que han sido rechazados por la Isla han sido deportados a países como Sudán del Sur o Esuatini
Nairobi (Kenia)/Human Rights Watch (HRW) pidió este martes a países africanos que rechacen los acuerdos de expulsión firmados con Estados Unidos y denunció que los ya existentes exponen a cientos de personas a riesgos de detención arbitraria, malos tratos y devolución forzada a países donde podrían sufrir persecución o tortura. “Dadas las abusivas políticas migratorias estadounidenses que los sustentan, Human Rights Watch insta a los gobiernos africanos a negarse a firmar acuerdos para aceptar deportados de terceros países desde Estados Unidos y a rescindir los que ya están en vigor”, indicaron en un comunicado.
HRW reclamó además que, mientras estos convenios sigan en marcha, se publiquen sus términos, se permita el acceso de observadores independientes y se garantice que ninguna persona sea devuelta a un país donde corra riesgo de persecución, desaparición forzada, tortura u otros daños graves.
Según la organización, los convenios firmados con Esuatini, Ghana, Ruanda, Uganda y Sudán del Sur –algunos de ellos con asistencia financiera de Washington– forman parte de una política migratoria que “instrumentaliza el sufrimiento humano como elemento disuasorio” y viola el derecho internacional de los derechos humanos. “Estos acuerdos convierten a los gobiernos africanos en socios de las horrendas violaciones de derechos humanos de la Administración de Trump contra migrantes”, afirmó el director de incidencia política para África de HRW, Allan Ngari. En agosto, la portavoz del Gobierno de Ruanda, Yolande Makolo, confirmó que su país aceptaría hasta 250 deportados en virtud de un acuerdo que incluye 7,5 millones de dólares en apoyo financiero estadounidense.
HRW dijo haber tenido acceso al acuerdo escrito entre EE UU y Esuatini, que contempla un apoyo de 5,1 millones de dólares a cambio de aceptar hasta 160 deportados. Las autoridades locales se preparan para recibir a otros 150, pese a los recursos judiciales de abogados y organizaciones civiles. Al menos cinco ya fueron enviados a ese país desde Cuba, Jamaica, Laos, Vietnam y Yemen, y están recluidos en el complejo penitenciario de Matsapha “en condiciones duras”. En el caso de Cuba, se trata de Roberto Mosquera Del Peral, que por su historial criminal fue rechazado por la Isla.
Mosquera, de 58 años, fue detenido en junio pasado. Las autoridades estadounidenses lo señalan como miembro de la pandilla 'Latin Kings'
Mosquera, de 58 años, fue detenido en junio pasado. Las autoridades estadounidenses lo señalan como miembro de la pandilla Latin Kings, que surgió en la ciudad de Chicago a mediados del siglo pasado y que el FBI ha considerado “una grave amenaza” para el país. Además, cuenta con “una condena por homicidio y una agresión con agravantes a un agente de policía con un arma” en Miami.
En Sudán del Sur, el Ministerio de Exteriores confirmó el 4 de septiembre que mantenía detenidos a siete extranjeros expulsados desde EE UU en julio, mientras un octavo, de nacionalidad sursudanesa, fue liberado. Entre ellos están los cubanos José Manuel Rodríguez Quiñones y Enrique Arias Hierro, que perdieron su juicio de apelación y fueron deportados a ese país.
Días después se anunció la repatriación de un mexicano, aunque no se aclaró la situación de los demás ni la base legal de su detención.
Uganda también reconoció un acuerdo temporal con Washington para recibir deportados, con la condición de no aceptar personas con antecedentes penales ni menores no acompañados, y dando prioridad a ciudadanos de origen africano. En Ghana, el presidente John Mahama confirmó que su Gobierno aceptará únicamente nacionales de África Occidental y unas cinco personas de Nigeria y Gambia ya fueron expulsadas bajo este marco.
“La Unión Africana debe reiterar que las deportaciones que no brindan a las personas la oportunidad de buscar protección contra la persecución o la tortura son ilegales, abusivas e inaceptables”, concluyó Ngari.