Las autoridades insisten en medir los metros cúbicos de basura en La Habana en lugar de recogerla
La Habana
En una reunión con Díaz-Canel anuncian un nuevo estudio para "planificar mejor" y buscan el apoyo del sector privado
La Habana/Ante la gravedad de la crisis sanitaria, el Gobierno cubano ha vuelto a sacar a colación el tema de los residuos, prometiendo esta vez que, por fin, se podrá “definir con exactitud cuánta basura y otros desperdicios se producen diariamente en la capital”, gracias a una investigación liderada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, universidades e instituciones habaneras.
Los resultados preliminares de la evaluación fueron presentados en el encuentro que sostiene cada semana la dirección del país con autoridades de La Habana para dar seguimiento a los problemas acumulados en el territorio con el objetivo de “proyectar y gestionar el sistema de saneamiento” una vez que se disponga de esa información.
Pero lo que publican como una novedad son datos conocidos desde hace mucho tiempo y esto no ha impedido que La Habana esté enterrada en la basura que genera.
En octubre de 2024, en la “ofensiva” de turno contra la basura, la Dirección Provincial de Servicios Comunales reconocía que la acumulación de desechos en la capital aumentaba a un ritmo de más de 30.000 metros cúbicos diarios, lo que, “sumado a la baja disponibilidad técnica de los equipos, el déficit de personal para la recogida y las indisciplinas sociales, provocaba una tensa situación en todos los municipios de La Habana”, según el diarioGranma.
En octubre de 2024, Comunales reconocía que la acumulación de desechos aumentaba a un ritmo de más de 30.000 metros cúbicos diarios
Por otra parte, 14ymedio lleva años recogiendo denuncias sobre el colapso en la gestión de residuos, en reportes situados muy lejos de la narrativa tecnocrática que ahora se promueve.
En octubre de este año, ante el temor de la expansión de la epidemia de arbovirus, el Gobierno inició una “campaña de higienización” que no ha pasado de anuncios y recogidas de basura puntuales.
Ahora, la publicación oficial admite que el sistema de recogida de desechos se encuentra debilitado por falta de combustible, neumáticos y baterías, lo que redujo la capacidad operativa de 294 equipos a 221 entre el 21 y 27 de noviembre, semana en la que se retiraron 91.695 m³ de basura acumulada en la capital, lo que dejaría otros 119.000 m3 pendientes, según las cifras de 2024.
El informe actual destaca el aporte de las formas no estatales de gestión, que “no solo ayudan a mejorar la limpieza de la ciudad, sino que aportan dinero, incluido divisas, que pueden tributar al sostenimiento de las tareas de higienización”.
A propósito, se asegura que en la semana se visitaron 4.111 mipymes y se firmaron convenios para la gestión de los desechos que generan, que según la publicación, se apoyan en “un principio que implantó el Comandante Ernesto Che Guevara cuando era ministro de Industrias, según el cual quien genera los desechos debe protegerlos, conservarlos y entregarlos”, por lo que traslada buena parte de esa responsabilidad a entidades no estatales.
El anuncio oficial subraya la “necesidad de planificar mejor”, pero no incluye calendarios de implementación, inversiones en infraestructura, garantías de una recogida estable, ni metas transparentes para la reducción o reciclaje de residuos.
En esencia, las autoridades celebran haber descubierto el agua tibia, en un intento de limpiar su imagen, pero sin asear las calles.
El propio Miguel Díaz-Canel, presente en la reunión, no anunció recursos adicionales o una estrategia de salud pública eficaz
El reporte epidemiológico sigue la misma lógica, señalando que los casos febriles “van decreciendo” en las últimas cinco semanas, mientras las cifras de enfermos ingresados —148 adultos y 162 menores— se presentan como parte de una gestión “normal”, con un trabajo diferenciado hacia gestantes, ancianos solos y niños pequeños.
El informe oficial reconoce que las acciones de fumigación contra el Aedes aegypti han estado “limitadas por la disponibilidad de operarios”, pero la solución propuesta vuelve a dirigirse al mismo actor de siempre, a la población.
El propio Miguel Díaz-Canel, presente en la reunión, no anunció recursos adicionales, una estrategia de salud pública eficaz o un plan estructural para enfrentar la insalubridad creciente, sino que exigió “movilizar reservas” entre estudiantes y trabajadores.
La narrativa gubernamental se basa en la culpabilización de la ciudadanía, mientras la precariedad de los servicios públicos permanece fuera del foco. Las autoridades no admiten que la epidemia se expande por una gestión desbordada y un sistema de saneamiento colapsado, pero sí esperan que la población supla las carencias del Estado, apoyando entre otras cosas con el manejo de bazucas para la fumigación de los barrio
Y mientras, la epidemia del innombrable "virus" se expande, la basura y los mosquitos imponen sus leyes en las calles de La Habana y del país.