La Guiteras estará fuera de servicio por cuatro días después de un intento fallido de retrasar su mantenimiento
Energía
Los cubanos cuestionan cada vez más que las “esperanzadoras” energías renovables no hayan aliviado los apagones que sufre el país
La Habana/La termoeléctrica Antonio Guiteras, estrella polémica del sistema eléctrico nacional (SEN), debía salir de servicio este viernes para atender “defectos impostergables”. Tras un aluvión de críticas y un panorama de descontento creciente entre la población, el mantenimiento fue pospuesto por “al menos 48 horas”. Sin embargo, este sábado anuncian que finalmente salió del SEN a las 2:30 de la madrugada para acometer un "mantenimiento ligero", que debe extenderse por un período de alrededor de cuatro días.
Los términos empleados para justificar las constantes roturas ya podrían llenar un libro. El supuesto mantenimiento ligero incluye más de 500 acciones correctivas que comprenden la limpieza del condensador y el lavado de los calentadores de aire regenerativo (CAR), así como la reparación y recambio de unas 40 válvulas y la intervención en los sistemas automático y eléctrico.
La lista de averías acumula otras unidades fallidas: Felton, Antonio Maceo; otras en mantenimiento en Cienfuegos y Santa Cruz; 70 centrales de generación distribuida paralizadas por escasez de combustible y 120 MW fuera por falta de lubricante. En total, 723 MW perdidos por carencias como aceite y diésel, a pesar de toda la ayuda que la Isla recibe, a precios y plazos privilegiados, desde México y Venezuela.
El público cuestiona cada vez más que las “esperanzadoras” energías renovables no hayan aliviado la crisis energética que sufre el país. “Los paneles solares… bien y usted”, resumió un usuario, condensando en cinco palabras la contradicción oficial entre promesas y barrios a oscuras.
La Guiteras volverá a entrar al quirófano, dicen, para regresar con “más confiabilidad” en 96 horas
En medio de ese colapso crónico, la Guiteras –con 120 MW malvivientes, de una capacidad original de 330– debía entrar en un mantenimiento profundo, con reparaciones en el recalentador, las tuberías de agua, la caldera, las válvulas y una revisión automática, todo un spa técnico para una central que carga sobre sus espalda décadas de sobreuso y remiendos. Pero según el subdirector técnico, el ingeniero Román Pérez Castañeda, aunque hay “importante pérdida de agua en caldera”, todavía “puede mantenerse en labores” mientras se ajusta la llamada “ruta crítica”.
Los comentarios a la primera publicación en Cubadebate reaccionaron con la mezcla ya habitual de sarcasmo y agotamiento. Un usuario reportó 33 horas sin electricidad en circuitos de Granma, otros denunciaron la costumbre de resaltar mantenimientos “heroicos” que no son más que parches con aplausos. Y no faltó quien resumiera la paradoja nacional: “Cada vez que baja el déficit, sacan una unidad para arreglarla y vuelve a subir. Siempre hay afectación, por H o por B”.
Así gira la rueda del SEN, con “defectos impostergables” que se postergan, pero no tanto; disponibilidades que “están, pero no están”; pronósticos que nunca aciertan; y una población que ya no sabe si vive bajo un plan de contingencia o en medio de un túnel sin ninguna luz al final del viaje. La Guiteras volverá a entrar al quirófano, dicen, para regresar con “más confiabilidad” en 96 horas. Los cubanos ya conocen demasiado esa telenovela, un largo culebrón donde ya se sabe lo que ocurrirá en cada capítulo, y donde la historia no acaba de llegar a su fin.