Cultura y Ciencia
APOYO
Para ayudar a 14ymedio

Muere José Antonio Chávez, alma y mentor del Ballet de Camagüey

Obituario

Su fallecimiento marca el cierre de una historia vital de más de cinco décadas dedicada a la coreografía, la enseñanza y la creación

José Antonio Chávez falleció este domingo a los 80 años / Cubaescena
14ymedio

23 de noviembre 2025 - 12:44

La Habana/José Antonio Chávez Guetton, Premio Nacional de Danza 2023, falleció este domingo a los 80 años, según confirmó la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Su desaparición marca el cierre de una historia vital de más de cinco décadas dedicada a la coreografía, la enseñanza y la creación permanente en el Ballet de Camagüey, institución que fue su casa artística durante más de cuarenta años.

Nacido en Holguín en 1945, Chávez encontró en Camagüey su lugar y su tribu artística. Allí entró como bailarín y pronto se convirtió en coreógrafo, maestro y formador de generaciones. En una entrevista de 2023 confesó: “Le he dado todo lo que he podido a partir del amor inmenso. Yo me entregué totalmente a la danza”.

Para el Ballet de Camagüey creó piezas que hoy se consideran emblemáticas: Ofelia, Vivaldiana, Fatum y Concierto barroco. Obras de altísimo vuelo dramático o lírico que, según el jurado del Premio Nacional, marcaron “un antes y un después” en la historia de la compañía. Con ellas, Chávez reforzó la identidad del ballet camagüeyano, dotándolo de un repertorio propio.  

Su obra pedagógica es vasta: profesor auxiliar en la filial camagüeyana de la Universidad de las Artes (ISA), impartió clases de composición coreográfica

Pero su legado no se limitó al escenario. Su obra pedagógica es vasta: profesor auxiliar en la filial camagüeyana de la Universidad de las Artes (ISA), impartió clases de composición coreográfica, historia de la danza y teoría escénica. En esta función formó a incontables talentos que hoy están en escenarios cubanos e internacionales.  

Chávez compartía una visión de su arte que hablaba de la entrega total. “Disfruté mucho mi carrera. Cuando terminaba una obra sentía que era una especie de desintoxicación espiritual, como si pudiera desprender de mi espíritu todo aquello que me podría hacer sentir mal”, recordaba hace pocos meses en un homenaje en la prensa oficial. Ese compromiso se tradujo en décadas de trabajo sin pausa. Su recorrido comenzó cuando fue rechazado por su propio padre en la adolescencia por querer bailar: “Mi padre me botó de la casa, sin techo seguro, sin un plato de comida que me esperara”. 

El reconocimiento como Premio Nacional de Danza no fue solo honor, sino justicia tardía

El reconocimiento como Premio Nacional de Danza no fue solo honor, sino justicia tardía. El jurado lo describió como “la vindicación de esa lucha apasionada, terca y desgarradora”. Esa lucha implicaba asentarse en Camagüey, construir un repertorio propio, enseñar, crear, levantar compañías y sostener la tradición a pesar de las adversidades que ha enfrentado la cultura cubana en las últimas décadas.

Además de su obra para el Ballet de Camagüey, colaboró con el Ballet de Cámara de Holguín y el Ballet Santiago, y trabajó con varias compañías cubanas, incluida Codanza, Danza Libre y Babul. Su influencia se extendió hacia múltiples territorios del ballet nacional. Parte de esa huella está contada en el documental Chávez en cuerpo y alma, estrenado el pasado 24 de octubre.

Su fallecimiento deja un vacío en la escena escénica cubana. Los bailarines que fueron sus alumnos, los coreógrafos que lo admiraron, la compañía que lo conoció y la ciudad que lo adoptó como propio expresan un doble duelo: el de la pérdida personal y el de la desaparición de un pilar artístico. Camagüey pierde al bailarín y al maestro que dejó su obra inscrita en la memoria colectiva.

No hay comentarios
Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último