‘La Piedra’, el luchador cubano que lleva 30 años esperando una casa y un auto
El año pasado acudió a la Comisión de Atención de Atletas para solicitar un cambio de vivienda y le argumentaron que no había fondo habitacional
La Habana/Roberto Limonta Vargas, La Piedra, vive en “el abandono y el olvido”. La historia del multimedallista de lucha libre en retiro se une a la de otras glorias deportivas que han sido relegadas por el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder). En tres décadas ninguna de las promesas que le hicieron las autoridades tras su retiro se han cumplido.
“Cuando me retiré del equipo nacional en 1995, me prometieron muchas cosas: cambio de vivienda, un vehículo… pero nada de eso se ha cumplido hasta hoy.”, contó Limonta al también atleta en retiro Roly Dámaso. “Nadie se acuerda. Nadie responde”, a las peticiones que ha hecho a las autoridades.
Entre la nostalgia de sus logros, La Piedra vive en Santiago de Cuba, en el quinto piso de un edificio en el reparto Abel Santamaría. Una pesadilla para un hombre con dos prótesis de cadera como consecuencia directa de su vida deportiva.
El año pasado, el luchador contó en el espacio deportivo en Facebook DPorto Sports LLC que se acercó a la Comisión de Atención de Atletas para solicitar un cambio de vivienda debido a que la lesión que tiene le impide subir la escalera, pero las autoridades dijeron que “no había fondo habitacional”.
El portal Olympics reconoce su trayectoria en la categoría de los 90 kilogramos, en las que conquistó en 15 ocasiones el campeonato nacional, además de dos medallas en los Juegos Centroamericanos y otras tres en los Juegos Panamericanos. Acumula también cinco preseas de oro en el Campeonato Panamericano, seis medallas –2 de plata y 4 de bronce– en Copas del Mundo, un quinto puesto en los Juegos Olímpicos y múltiples trofeos en torneos Grand Prix y eventos internacionales preparatorios.
Pese a las limitaciones físicas, la gloria deportiva se da ánimos y apoyado en una andadera logra dar algunos pasos. Limonta ve con tristeza el caso del entrenador del pentacampeón olímpico Mijaín López y de otros medallistas, Raúl Trujillo. Pese a sus logros sigue viviendo en un albergue para personas damnificadas y el auto que le dieron tiene tres llantas de medida 14 y una de 16.
Otro es el de la gloria deportiva del boxeo Idel Torriente Sáez que hace unos meses denunció falta de atención. “Me tienen a un lado a esperar que me retire”, señaló el entrenador que sobrevive con 7.690 pesos (20 dólares apróximadamente al cambio informal actual).
Torriente pasa los días en el Casino Deportivo, el municipio Cerro, La Habana. En 2022 fue reabierto el gimnasio de boxeo Kid Chocolate y de judo donde colocaron un ring y un costal. Sin embargo, en el sitio hacen falta guantes, shorts, vendas, cascos. “Carecemos de muchas cosas: de los implementos deportivos, de transporte, de alimentación y el boxeo ha bajado”.