APOYO
Para ayudar a 14ymedio

Una empresa estatal de Las Tunas perdió 250 kilos de cárnicos durante un apagón de 26 horas

Cuba

Por un asunto similar, fue condenada a 20 años la directora de una unidad en Sancti Spíritus

Imagen de archivo de una Empresa Cárnica estatal. / Radio Victoria
14ymedio

25 de septiembre 2025 - 12:56

La Habana/En medio de un apagón de 26 horas del que la prensa oficial no da fecha, en la Empresa de Comercio y Gastronomía de Jobabo, en Las Tunas, se malograron 250 kilogramos de alimentos destinados a la población. El problema, justificó ante una emisora local el director de la empresa, fue que el corte de corriente los “cogió con poco combustible en el grupo [electrógeno]” y una de las neveras estaba rota.

Según explicó Carlos Labrada Rodríguez a Radio Cabaiguán, los productos estaban recibiendo un “golpe de nevera” para mantenerlos congelados y “con el pon y quita [de la corriente] la válvula de arranque falló”, por lo que el equipo dejó de refrigerar. Inmediatamente los trabajadores notaron el problema y comenzaron a trasladar los alimentos de la parte delantera hacia otras neveras de Comercio y Gastronomía sin notar que el fondo del frigorífico tampoco estaba funcionando.

“De la mitad hacia atrás no estaba enfriando y cuando nos dimos cuenta ese mismo día que estábamos revisando, tomando todas esas medidas, esos productos [ya] tenían una coloración que no es la acostumbrada”, refirió. 

“Rápidamente llamamos a Higiene, y los compañeros vinieron y determinaron que no estaban aptos para el consumo”

Según Labrada, consciente de la gravedad con la que se trata la pérdida de recursos del Estado, en todo momento se siguió el protocolo. “Rápidamente llamamos a Higiene, y los compañeros vinieron y determinaron que no estaban aptos para el consumo”, relata, lamentando no haber notado antes el fallo de la nevera y recolocado los alimentos.

En total, se perdieron 42,76 kilogramos de masa de croqueta, 72 de picadillo, 21 de carne deshuesada, 26 de mortadella, 13,55 de queso, 10 de camarón y 15 de carne de res. A eso, siguió enumerando el directivo, hubo que sumar varios kilogramos de carne de res –unos 50, a juzgar por el total de alimentos perdidos, aunque no se ofreció la cifra– que habían sido decomisados por la Policía y entregados a la empresa. Este producto, añade, “ya viene con problemas porque (...) lo decomisan en un horario de la mañana y lo entregan en un horario de la tarde o de la noche”. Tras estar aún más tiempo sin refrigerar, ya no podía consumirse.

Si la pérdida no ascendió a más, asegura, fue porque los productos destinados a la elaboración de alimentos, que estaban en la primera mitad del frigorífico, fueron enviados a otras neveras o directamente fueron procesados. 

Cuestionado por la emisora sobre el destino de los alimentos echados a perder, Labrada alega que se valoró donarlos o entregarlos a personas que los necesitaran para consumo animal. Sin embargo, “los inspectores de higiene dijeron que como no estaban en un porcentaje [alto] de descomposición, las personas lo iban a consumir. Y entonces ellos determinaron llevarlos para el arroyo y allí los incineraron”, lamenta. “Pudieron haberse donado”.

“Realmente es doloroso que estos productos se hayan echado a perder, más hoy como está la situación del pueblo”

Tampoco es la primera vez que la empresa pierde alimentos por causa de los apagones. Según el directivo, han ocurrido situaciones similares en años previos. “Realmente es doloroso que estos productos se hayan echado a perder, más hoy como está la situación del pueblo”, esgrimió.

Preguntado por las medidas que la estatal piensa tomar para garantizar que no suceda de nuevo, Labrada explicó que ya se hacen registros diarios en las neveras para asegurar que todas funcionan y encender a menudo el grupo electrógeno, que consume 3,8 litros de combustible por hora. “Ahora sí tenemos combustible para, por lo menos cada dos horas, dos horas y media, dar un golpe de nevera a los productos que tenemos” (unos 30 litros al día).

No obstante, que todo marche como se ha planificado no depende solo de la empresa. Cupet también debe cumplir su parte. “En el caso del combustible, nosotros vamos solicitando, ya cuando nos quedan 100, 120 litros”, refiere. El problema es que “a veces ellos demoran, tardan, porque eso tiene que estar bien con la existencia que ellos tengan de combustible propiamente en la entidad”, como era de esperar en un país con déficit energético por escasez de petróleo.

La prensa oficial, no obstante, insiste en que entre las causas hubo un “descuido humano” que afectó “los indicadores financieros de la entidad. Las repercusiones trascienden lo empresarial: el desperdicio de alimentos golpea el salario de los trabajadores, cuyos ingresos pueden verse mermados por estos resultados, y genera un profundo malestar en la comunidad que en su mayoría tiene limitaciones para acceder a productos cárnicos, cuyo costo actual es elevado”.

Hasta el momento no se han anunciado sanciones para los trabajadores de la empresa tunera, aunque estos incidentes rara vez terminan sin que se señale, al menos, a un responsable. El directivo subrayó en todo momento que, si bien pudo haberse evitado, la pérdida de la comida fue un error provocado por los apagones y un desperfecto técnico. “El encargo de nosotros es darle comida al soberano, al pueblo, que realmente para eso trabajamos”, reiteró.

Las reiteradas explicaciones de los responsables no parecen en vano, dadas las consecuencias que puede acarrear el estropicio

Las reiteradas explicaciones de los responsables no parecen en vano, dadas las consecuencias que puede acarrear el estropicio. El pasado agosto, cinco directivos de la Empresa de Suministros Agropecuarios de Sancti Spíritus fueron condenados a largas penas de prisión por “delitos económicos” que ocasionaron pérdidas por valor de 100 millones de pesos. 

Según contó entonces Escambray, en dos ocasiones entre 2023 y 2024 “la nevera de productos cárnicos destinada a la alimentación interna sufrió desperfectos técnicos mecánicos, los cuales causaron que no se alcanzara el nivel de frío necesario para la conservación de los alimentos almacenados”.

Los directivos sabían del fallo del equipo, pero “no implementaron acciones efectivas” para salvar los productos cárnicos, lo cual provocó una pérdida de más de tres millones de pesos. Este año fueron juzgados por “incumplimiento del deber de preservar bienes en entidades económicas”. 

La pena más alta, de 20 años de cárcel, la recibió la directora general de la estatal. Los otros procesados fueron el director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Comercializadora y Servicios de la empresa, condenado a 18 años de prisión; el director comercial, quien recibió 16 años de privación de libertad; el asesor jurídico, condenado a 10 años, y el anterior director general, que ocupó el cargo en 2023, quien recibió dos años y seis meses de privación de libertad, “subsidiada por trabajo correccional con internamiento por igual término”.

No hay comentarios
Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último