La hija del ex ministro Alejandro Gil exige un juicio público y abierto a la prensa
Cuba
Su padre "no reconocerá bajo ninguna circunstancia, ningún delito que se le impute y que no se le sea debidamente verificado"
La Habana/La hija del ex ministro de Economía cubano, Alejandro Gil Fernández, ha reaccionado pocas horas después de saberse la acusación de espionaje contra su padre. Laura María Gil González ha reclamado transparencia y un juicio público y televisado al que pueda acceder también la prensa internacional y la independiente. "¿Qué medidas propuso al país por orden expresa de otro Estado, que pruebas tienen, cuál era su seudónimo?", preguntó la mujer sobre el supuesto papel de espía de su padre.
Apelando a la Constitución de la República de Cuba y al reconocimiento que la Carta Magna hace a la "libertad de expresión de todos los ciudadanos", Gil González ha roto el largo silencio que había mantenido hasta ahora, más de 20 meses después de la nota oficial en que se anunciaba un proceso penal contra el funcionario, sin detallar inicialmente el delito que se le imputaba.
Este viernes, un escueto texto publicado por la Fiscalía General enumeraba una larga lista de delitos contra Gil Fernández entre los que se incluyen espionaje, malversación, lavado de activos y falsificación de documentos públicos, en una causa que incluye a varios imputados de los que se desconoce la identidad. Tras ese anuncio, la hija del también ex viceprimer ministro ha optado por no quedarse callada.
Para explicar su largo silencio, Gil González argumenta que no se había pronunciado hasta ahora para "proteger la imagen de nuestro país y evitar a toda costa un descontento popular o un conflicto internacional". También esgrime entre sus razones para la discreción la de "respetar en todo momento el debido proceso cumplido y colaborar eficientemente en todo el proceso de instrucción".
Con ironía, asegura estar complacida porque el Gobierno cubano "ha puesto en práctica tan eficientemente la Ley de Transparencia y Acceso a la información pública, con una alta constancia y sin precedentes". No obstante, señala que "quedaron pequeños detalles sueltos que han fomentado la especulación popular" y apoyándose en este reclamo, exige que se sea "totalmente transparente".
Según la hija, la acusación por espionaje "ha sido la piedra angular de esta investigación" contra su padre y advierte de que se necesita completar la información pública que hasta ahora es escasa y fragmentada. "¿A qué país o países nos referimos, desde cuándo, cuáles fueron sus vías de comunicación, qué recibió a cambio, dónde sostuvo sus encuentros, en qué escenarios, con quién, bajo la orden directa de quien lo hacía, qué información reveló?", cuestiona, con el mismo tono de incredulidad que recorre toda su publicación.
La mujer opina que "el o los gobiernos para los cuales supuestamente trabajaba y recibía indicaciones se deben pronunciar oficialmente sobre el asunto en cuestión". El delito de espionaje, que en la Isla puede acarrear hasta la pena de muerte, es "una acusación muy seria, que trasciende la esfera política cubana y lo conlleva a un caso internacional".
Como han reclamado muchos otros cubanos en redes sociales tras conocerse la nota de la Fiscalía, Gil González se suma a "la solicitud popular de hacerle un juicio a puertas abiertas, dónde participe todo el que desee, y sea televisado en vivo por la televisión cubana y por Cubavisión internacional, con la participación de medios de prensa oficiales y no oficiales".
La vista oral, exige la hija del ex ministro, debe poder transmitirse "en vivo por cadenas televisivas extranjeras que estén presentes". Aclara que ese pedido no es exclusivamente de ella, sino que el propio Alejandro Gil Fernández "también lo está exigiendo, no desde hoy sino desde el primer día".
"Me sumo al llamado popular de llevar la transparencia de este caso a su máxima expresión, lo exige el pueblo, lo exige la familia y también lo exige Gil", subraya la mujer. Para evitar represalias, Gil González aclara que su publicación "no es ofensiva ni destructiva, no incita a la violencia ni a la rebelión popular, no revela secretos de Estado ni menosprecia las actuaciones del Ministerio del Interior, la Contraloría General de la República, la Fiscalía General de la República, la Presidencia de Cuba ni ninguna otra institución cubana o internacional vinculada al caso en cuestión".
"Me sumo al llamado popular de llevar la transparencia de este caso a su máxima expresión"
Para concluir su texto, que en pocos minutos ha acumulado decenas de comentarios de apoyo y también de críticas, la hija del ex ministro asegura que "cualquier represalia que pueda ser tomada por parte del Gobierno contra mi persona o alguno de mis seres queridos sería totalmente ilegal y violatoria de mis derechos humanos de libertad de expresión y autodefensa, reconocidas en la Constitución de la República de Cuba".
Como testigo de todo el proceso, la mujer aclara que su padre "se mantiene firme en su defensa y no reconocerá bajo ninguna circunstancia, ningún delito que se le impute y que no se le sea debidamente verificado". En su opinión, en el caso contra Gil Fernández "la verdad triunfará".
El ex ministro, quien fuera uno de los hombres clave del régimen, lleva sin aparecer en público desde su destitución, en febrero del año pasado. Antes de eso, su ascenso había sido meteórico. Fue nombrado ministro de Economía y Planificación por Díaz-Canel, en 2018. Al año siguiente ya llevaba también el cargo de viceprimer ministro. Se convirtió en uno de los rostros más visibles de la impopular Tarea Ordenamiento que, implementada en enero de 2021, ha desatado una inflación desbocada y ha agravado aún más la crisis económica y la pobreza.