Desesperación en las colas por el gas después de cinco meses sin suministro
Energía
En Guanabacoa llegaron apenas 199 balitas y la mayoría de los clientes se fueron con las manos vacías
La Habana/ Sancti Spíritus/La llegada del gas licuado a la capital ha traído cualquier cosa menos tranquilidad. Hacía tres meses que muchos clientes habían comprado por última vez, pero esos ni se inquietaban: la venta era para quienes llevaban desde diciembre sin poder comprar, es decir, cinco meses.
“Hay tremendas colas, a la gente casi le falta poco para que se den golpes, aquello está que es un infierno”, contaba una vecina de Boyeros este domingo. “Yo, que cogí el 14 de febrero, a saber cuándo me toca, porque están dando el de diciembre. Pero tengo una vecina que tuvo que irse de la cola porque dice que aquello está infernal… se tuvo que formar una bronca de madre”, explica a 14ymedio.
En Guanabacoa, la desesperación era total. Los delegados intentaban organizar la cola ante una población que se lanzaba desesperada por las apenas 199 balitas que había para despachar, poniendo en evidencia que a la mayoría les tocaría irse con las manos vacías. Allí, en el punto de venta de Fuente y Obispo el caos era la palabra que definía la situación.
Los organizadores leían los nombres de las personas que podían pasar a comprar e intentaban coordinar que nadie se colara. Marcaron la jornada el malestar, las discusiones, los gritos y un calor aplastante del que unos se protegían con sombrillas y otros intentaban resguardarse del sol pegándose a los edificios cercanos.
La Unión Cuba Petróleo (Cupet) había anunciado el inicio de la venta del gas licuado de petróleo (GLP) en las provincias occidentales para este sábado, a través de todos los canales en redes sociales y la prensa oficial. La empresa afirmaba que el proceso se iniciaba el 31 de mayo y se produciría de manera diaria organizada, entregando un solo cilindro por cliente para aquellos que se quedaron sin comprar en febrero.
Pero la organización ha sido imposible en La Habana, a pesar de que casi la mitad de la población (más de 280.000 hogares) recibe el servicio de gas a través de tuberías. Esos clientes están abastecidos por el gas natural que sale de las plantas de Puerto Escondido, Varadero y Boca de Jaruco, todas ellas de Energas, la empresa mixta que gestionan la canadiense Sherritt International y la estatal cubana Cupet.
Ha querido la mala suerte que precisamente el mismo día que se iniciaba la caótica venta de balitas de gas, la planta de Boca de Jaruco saliera de servicio por la avería en una de las líneas de salida de Energas, que se unió al disparo de otras dos, afectando a la generación e “incrementando la afectación”, según dijo el Ministerio de Energía y Minas en un mensaje en redes sociales en el que llamó a la calma y aseguró que ya se habían recuperado cuatro turbinas.
Las protestas por la desorganización se han multiplicado por todos los municipios de la capital. Se quejan quienes pagan 10 pesos para sacar un turno digital por Ticket que luego no se aplica, quienes exigen que se priorice a los que llevan sin comprar desde 2024 –algo que no siempre se cumple– o quienes afirman que la corrupción entre los organizadores está más que a la orden del día.
“Hago un llamado al intendente para que se organicen las colas en los puntos de ventas y no lo dejen en las manos de coleros y delegados corruptos. Espero que la policía o el Ejército apoyen”, clamaba un cliente.
La situación contrasta con la tranquilidad que se vive en Sancti Spíritus, donde reina la calma gracias a un buen funcionamiento de la aplicación Ticket. “Aquí no se han formado colas, ni matazón porque está organizado por Facebook y otras redes”, cuenta un residente en la ciudad cabecera, donde la venta comenzó también el día 31 para los impedidos físicos, los vulnerables y quienes no lo recibían desde diciembre. El domingo, estaba reservado a quienes pagaron con 10 pesos la cola virtual. “Aquí todo el mundo sabe cuándo le toca. A mí debe tocarme la próxima semana porque yo tengo el 33 en Ticket”.
De los 150 días de que llevaba el año, en 117 no hubo gas licuado de petróleo en la Isla, según contó el propio ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, el pasado jueves en el podcast Desde la Presidencia, de Miguel Díaz-Canel. Ambos admitieron que fueron los días que estuvo parado el barco que ha transportado el GLP que se está vendiendo ahora, porque no había dinero para pagarlo, y afirmaron que las condiciones de hacerlo por adelantado y los problemas bancarios derivados del embargo complican también la operación.
Esos mismos problemas, dijeron, se están repitiendo con un segundo barco “contratado y pagado”, lo que hace prever que se repetirá la escasez de gas, con las repercusiones que tiene para la población.
Además, como recordaron Díaz-Canel y De la O Levy, la falta de GPL influye en la demanda eléctrica, que aumenta en 200 o 250 megavatios la potencia diaria necesaria. Aunque no es el único problema. Son muchos los que se exponen a comprar el gas por la izquierda, ajenos o subestimando las graves consecuencias que pueden producirse, o se ven obligados a cocinar con fuego, incluso teniendo que sacrificar sus muebles si no tienen cómo pagar el alto precio del carbón.