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EE UU califica a Fidel Castro de "matón despiadado" en un mensaje difundido por su Embajada en Cuba

EE UU

El subsecretario de Estado criticó en X el "fanatismo ideológico" de quienes defienden al régimen cubano

Christopher Landau habló de la crisis de los servicios básicos en la Isla / 14ymedio
14ymedio

14 de agosto 2025 - 09:43

La Habana/Cuesta creer que, tras décadas de represión, falta de libertades y una crisis económica galopante, todavía haya quienes sigan viendo en Cuba un “paraíso socialista”. No obstante, este 13 de agosto, cuando se cumplieron 99 años del nacimiento de Fidel Castro, las felicitaciones a la Isla no llegaron solo desde los regímenes aliados, sino también desde sectores afines en todo el mundo. Ese “fanatismo ideológico” fue precisamente lo que criticó el subsecretario de EE UU Christopher Landau este miércoles en X. Más allá de los “mitos”, escribió, “cualquier persona justa y honesta que se acerque a estos temas debería reconocer que Cuba ha sido secuestrada por una pandilla de matones”.

En las antípodas de los despliegues de homenajes y celebraciones que ha orquestado La Habana por el cumpleaños de Castro, Landau no se limitó a señalar el culto a la personalidad en torno al dictador, sino que se propuso desmantelar la mitología revolucionaria. El breve texto, en el que llama a Castro un “matón despiadado”, fue difundido por la Embajada de Washington en la Isla, lo que seguramente acarreará una respuesta oficial de La Habana, que por el momento está inmersa en criticar las sanciones de la Casa Blanca a funcionarios de varios países implicados en la contratación de misiones médicas. 

“Cualquier persona en la faz de la Tierra menor de 67 años, incluyéndome a mí, no ha conocido un solo día en el que Cuba no haya estado bajo el régimen dictatorial del partido comunista. No obstante, persisten los mitos de que los líderes comunistas de Cuba son ‘los buenos’ y de que el pueblo cubano está feliz”, inició su mensaje Landau antes de dar paso a una enumeración de cuatro grandes creencias sostenidas sobre el sistema cubano.

El primero gira en torno a la idea de que en Cuba existe una alta calidad de vida, especialmente cuando se habla de salud y educación

La primera gira en torno a la idea de que en Cuba existe una alta calidad de vida, especialmente cuando se habla de salud y educación. Citando datos que reflejan la migración masiva de los últimos años, el crítico estado del sistema eléctrico o el salario medio de la Isla, Landau argumenta que el nivel de vida no solo es “pésimo”, sino que “sigue empeorando” mientras los cubanos están “huyendo en masa” del país. 

“Cuba, que alguna vez fue el mayor exportador de azúcar del mundo, ahora importa más azúcar de la que produce, y la cosecha reciente fue la peor desde el siglo XIX. El acceso a alimentos y suministros médicos básicos (aspirinas, vendas) para el cubano promedio es, en el mejor de los casos, precario”, subrayó, a la par que contrastó el dato con las grandes cantidades de dinero que el país recibe por cada contingente médico que despacha en el mundo. “El régimen cubano y sus apologistas adoran hablar de los médicos cubanos desplegados en otros países. Pero estos médicos no están haciendo caridad (…) y es el propio régimen quien se queda con los pagos”.

Los gobernantes cubanos tampoco son “líderes progresistas”, prosigue Landau, que asegura que “rara vez mito y realidad han estado tan alejados”. Según alega, tanto Castro como sus seguidores consolidaron su poder “absoluto y perpetuo” a través de métodos violentos y, durante décadas, “han dado refugio a fugitivos de la justicia estadounidense”.

El ex embajador estadounidense también reservó algunas palabras para Ernesto Che Guevara, quien llegó a jactarse abiertamente ante Naciones Unidas de que los “pelotones de fusilamiento eran una herramienta del Gobierno para erradicar a los ‘gusanos’”. La situación que recuerda Landau ocurrió durante una asamblea de la organización en 1964 en la que el argentino llegó a decir, en nombre de Cuba: “hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario”.

Landau tampoco pasó por alto la represión que desató el régimen después de las masivas protestas del 11 de julio de 2021. En esas fechas, recordó, fueron arrestadas más de 1.000 personas por crímenes fabricados, como “sedición”, y gran parte de ellos todavía sigue en prisión.

El tercer gran mito de la retórica revolucionaria, explica Landau, es que “los líderes de la dictadura cubana se preocupan por el bienestar del pueblo, no por el suyo propio”

El tercer gran mito de la retórica revolucionaria, explica Landau, es que “los líderes de la dictadura cubana se preocupan por el bienestar del pueblo, no por el suyo propio”. Nada más lejos de la realidad, arguye. “La familia Castro y otros miembros de la élite del régimen (especialmente los líderes militares y de inteligencia) viven en el lujo, con acceso a alimentos, viviendas, automóviles y destinos turísticos, y han acumulado miles de millones de dólares en cuentas bancarias extranjeras mientras el pueblo busca desesperadamente comida y electricidad”. 

Para comprobarlo, espeta, basta buscar los perfiles en redes sociales del nieto de Fidel Castro, Sandro, quien se ha declarado influencer y hace gala en sus perfiles del “estilo de vida lujoso de su familia, con ropa de diseñador y una vida de ocio”. 

Para rematar, resalta, si alguno de estos mitos se revela como falso, inmediatamente La Habana recurre a culpar al embargo estadounidense de sus problemas. “Pero no existe tal ‘bloqueo’: Cuba es libre de comerciar con otros países y, de hecho, recibe salvavidas económicos del exterior, como petróleo de Venezuela y México, y turistas de Canadá, Europa y otros lugares. La ley estadounidense permite explícitamente la exportación de alimentos y medicinas a Cuba, y la situación humanitaria allí sería mucho peor sin estas exportaciones”, razona el político.

Si alguna vez la Isla estuvo “bloqueada” por EE UU, añade, fue durante la Crisis de los Misiles en 1962, una situación de gran tensión entre Washington y Moscú que duró poco tiempo. “Después de más de sesenta años, es patético que el régimen siga culpando del colapso económico cubano a EE UU en lugar de asumir su propia grotesca mala gestión económica y represión política”.

“El pueblo cubano merece un futuro brillante, y el régimen ni siquiera puede ofrecerle un presente decente. Aspiro a pisar una Cuba libre y próspera, y tengo confianza en que lo haré”, remató Landau, consciente de que los fanatismos ideológicos seguirán creyendo los mitos del castrismo. No obstante, añadió, los fieles de la Revolución “son libres de creer también en unicornios”.  

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